Expertas en Psicología de CETYS Universidad explican cómo los rituales decembrinos, en especial Navidad, reactivan el dolor y ofrecen claves para transitar estas fechas con empatía y nuevos rituales familiares.
Aunque diciembre se asocia culturalmente con la celebración y la unión, para miles de personas este periodo puede convertirse en uno de los más difíciles del año. La ausencia de un ser querido durante las fiestas reactiva el proceso de duelo, intensificando el dolor y la sensación de vacío.
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Según datos del INEGI de 2024, México registra una alta tasa de mortalidad, lo que significa que miles de familias atraviesan pérdidas anualmente. Para estas personas, la temporada decembrina puede revivir la nostalgia y resaltar la falta de un familiar o amigo.
🧠 El factor de la “memoria emocional”
Dulce Sánchez Salazar, académica de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad, explica que el duelo se intensifica en estas fechas debido a una combinación de factores culturales y emocionales.
“La música, las luces, los platillos, los lugares que visitamos y hasta los olores característicos de la temporada activan la memoria emocional. Esto hace que la ausencia de la persona querida sea más evidente y que el dolor se sienta como si estuviera nuevamente comenzando”, detalla Sánchez Salazar.
Ivon Aidé Guerrero Ceballos, Directora de los Programas de Psicología de CETYS Universidad, enfatiza que esta intensidad emocional no siempre se traduce en depresión clínica, sino en una nostalgia profunda que emerge con el regreso de los rituales decembrinos. Estos rituales—la cena, las dinámicas familiares, la preparación de alimentos—están construidos sobre la presencia afectiva, y su falta transforma las actividades en recordatorios constantes.
☀️ El peso de la estación y la presión social en diciembre
Las especialistas añaden que a los factores emocionales se suman los elementos estacionales. La Dra. Guerrero Ceballos señala que los días más cortos y la menor cantidad de luz solar también intensifican las emociones acumuladas durante el año.
A esto se agrega la presión social por la felicidad. “Existe una presión colectiva por mostrarse alegres, lo que puede hacer que quienes están en duelo se sientan fuera de lugar, culpables o incomprendidos. Validar su experiencia es fundamental”, coincide Sánchez Salazar.
⚠️ La importancia de atender el duelo
Minimizar o ignorar este proceso emocional puede tener efectos significativos en la salud mental y física. La académica Sánchez Salazar subraya la necesidad de expresión: “Negarlo o presionarse para aparentar bienestar puede complicar y prolongar el duelo. Acompañar con empatía ayuda a que la persona se adapte de manera saludable a esta nueva realidad”.
Para las familias con una pérdida reciente, Guerrero Ceballos recomienda crear nuevos rituales que permitan transitar el duelo sin culpa y honrar la memoria de quien ya no está. Esto puede incluir:
- Cambiar la dinámica de la cena o el horario de reunión.
- Realizar un pequeño memorial.
- Encender una vela o compartir una anécdota en su honor.
🔑 10 Claves para acompañar a una persona en duelo en Navidad
Las Expertas CETYS comparten una serie de sugerencias prácticas para familiares y amigos:
- Validar las emociones: Reconocer el dolor y acompañar sin presionar a “estar bien”.
- Practicar la escucha activa: Escuchar sin interrumpir ni minimizar la experiencia.
- Flexibilidad en celebraciones: Permitir que la persona decida cuánto desea participar.
- Rituales sencillos de recuerdo: Incorporar gestos simples para honrar al ser querido.
- Evitar exigir felicidad: Cada persona vive la temporada desde su propia historia emocional.
- Ofrecer ayuda concreta: Acciones específicas (preparar alimentos, ayuda en pendientes) valen más que un simple “avísame”.
- Respetar el espacio: Acompañar no implica estar presente todo el tiempo.
- Gestos simples: Un mensaje, un café, o un breve paseo son suficientes.
- Recordar que el duelo es personal: No tiene un tiempo único y merece respeto.
- Identificar señales de alerta: Buscar apoyo profesional ante aislamiento extremo, insomnio severo, culpa persistente o desesperanza.