En 1970, luego de tres intentos por llegar a la presidencia de Chile, Salvador
Allende apoyado por la Unidad Popular se convirtió en el primer mandatario
marxista llegado al poder por la vía de las urnas en cualquier país de América
Latina.
El proyecto político de Salvador Allende se cimentaba en tres pilares, a
saber:
- Desarrollar la soberanía popular
- Las libertades
- La democracia participativa
- La igualdad social mediante la transformación del sistema socioeconómico
- Impulsar la integración de América Latina frente al constante asedio e
intervencionismo estadunidense - Ampliar una economía con énfasis en el desarrollo social
- Un Estado poseedor que velara por el bienestar de la sociedad.
La materialización de su programa de gobierno comenzó en 1971 al
nacionalizar la minería del cobre, llevar a cabo una reforma agraria y estatizar la
banca.
Todo ello con un respaldo democrático inobjetable que le permitió ganar las
elecciones municipales de 1971 y las de medio término en marzo de 1973.
El apoyo recibido del pueblo fortalecía el gobierno de Allende y lo enfilaba a
llevar acciones de mayor envergadura en favor de la población y contra los
grandes capitales que históricamente habían saqueado al país andino.
Frente a esa realidad, la Casa Blanca decidió asesinarlo. Urdir un plan para pararlo por
medio de la violencia porque en las urnas resultaba imposible.
Buscar derrocar por la fuerza al gobierno de Allende no era algo extraño a
las acciones realizadas por Washington a lo largo de su historia.
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Según el Proyecto de Intervención Militar en la Universidad Tufts, el gobierno estadunidense
ha realizado más de 500 intervenciones militares internacionales desde la
fundación de Estados Unidos en 1776, con más de la mitad ocurridas entre 1950 y
2017, y un tercio del total después de 1999.
Previo al golpe militar, Washington impuso un bloqueo económico para
sofocar al gobierno y a la población y con ello conseguir el respaldo de la sociedad
para cambiar de gobierno.
Como esa estrategia no les dio buen resultado, el 11 de septiembre de 1973 decidieron junto con varios militares encabezados por Augusto Pinochet llevar a cabo el golpe militar contra Salvador Allende e
instaurando la dictadura militar y la Operación Cóndor junto a los ejércitos de
Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay, para perseguir, detener y asesinar
a miles de luchadores sociales en esas naciones.
La justificación ideológica y política del golpe militar fue la lucha contra la
subversión, el terrorismo y el comunismo.
Los siguientes años, Chile se hundió en una ola de violencia y persecución
política que trajo como consecuencia miles de asesinatos y desapariciones, así
como el desmantelamiento de un Estado de bienestar que había comenzado a
construirse con Allende.
A 50 años del golpe militar realizado por Augusto Pinochet y con amplio
apoyo estadunidense no podemos dejar de decir ¡Nunca más, una dictadura en
América Latina! ¡El camino latinoamericano debe ser la autodeterminación de
nuestras naciones!
Profesor del Tec de Monterrey
@contodoytriques
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