Democracia secuestrada

La experiencia de Jalisco en la ruta de la democracia ha sido frustrante para los electores. La impotencia surge de la imposibilidad de rebasar la muralla de intereses atrás de los partidos políticos.

Después de 28 años de practicar la alternancia, aún no ha sido posible realizar los cambios de las prácticas públicas, que permitan mejorar la vida de los jaliscienses.

Te podría interesar:

La seguridad en Jalisco se perdió

Jalisco con Baja California Norte y Guanajuato, fue el líder del cambió democrático en el país, en el que el símbolo fue la alternancia.

Videocolumna del tema:

La sociedad dio una lección, un campanazo fuerte y sonoro para marcar un nuevo rumbo de pluralidad de los partidos políticos.

A partir de ese momento la sociedad se ha empeñado en buscar las mejores propuestas para administrar el Estado.

Los partidos políticos no han facilitado esa tarea, puesto que acaban por imponer sus propuestas interesadas, lo que nos ha llevado a tener gobiernos mediocres y marrulleros. El resultado es que se sienten propietarios de la Administración Pública.

Al final acaban abusando al tomar decisiones que beneficien sus intereses, actuando con rapiña para apoderarse de los bienes de la sociedad y solapando la delincuencia.

Alternancia, primer paso

La sociedad ha acabado por comprender que la alternancia de los partidos es solo el primer paso, el siguiente es el cambio de los propios partidos, llevarlos a evolucionar y como consecuencia a proponer las mejores personas de la sociedad.

Algunas veces olvidamos que nuestra colectividad está alimentada de buenas intenciones, pero también de intereses llevados al extremo de convertirse en vicios.

Para ubicarlos en la realidad podríamos llamarlos genéricamente intereses particulares frente a los intereses de la colectividad. Ambos intereses son reales e importantes, no se podría prescindir de unos o de los otros.

Para eso existe la norma, primero es la norma moral que regula las relaciones del deber ser entre los hombres, que existe en cualquier sociedad y es la aspiración de cómo debemos actuar y convivir con los demás.

La norma jurídica por su parte regula la realidad, es la que en la práctica interviene para que el interés particular no domine ni lesione el colectivo o viceversa.

Pero cuando se distorsiona ese equilibrio, cuando no hay en la práctica un ejercicio real de la aplicación de la norma jurídica porque los partidos y los gobiernos simulan el ejercicio del Derecho, son rebasadas las dos normas, la moral que es el referente de convivencia de la sociedad y la jurídica, el cinturón que ajusta a quienes violentan la convivencia social.

Todo ello nos regresa a la acción inicial de la alternancia, para que Jalisco pueda llegar al objetivo que se fijó la sociedad en 1995, esto es mejorar nuestra vida social y cívica, se necesita una nueva y enérgica intervención de los electores para que, mediante la democracia, se reoriente el ejercicio de la Función Pública y consecuentemente del Derecho.

Una acción que nos lleve a un nuevo estadio de convivencia y bienestar social. Se necesita entonces que la sociedad avance al siguiente escalón de la democracia.