Metidos en un proceso de ofertas y propuestas electorales que no comprometen, vemos a candidatos de todas las marcas y partidos tratando de llamar la atención de los electores desconcertados, que no encuentran una propuesta de su interés.
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Los candidatos deberían de tratar con seriedad los temas que a los electores les interesan como la seguridad pública, los desaparecidos, los secuestros y delincuencia en general.
Los problemas deben abordarse de manera integral, con método, así la seguridad pública debe abordarse en sus vertientes de prevención, investigación y persecución del delito, administración de justicia y readaptación del infractor.
Un tema largamente aplazado es el del Estado de Derecho, que nos permitiría convivir con armonía y seguridad, con la Justicia como resultado en una sociedad agredida por los factores de poder y por la delincuencia, ante la impunidad con que abusan de los demás.
No hemos escuchado ni siquiera una idea de cómo rescatar la Cuenca Lerma Chapala y el envenenamiento de las aguas, como es el caso del río Santiago y el propio Lago, mucho menos de la población dañada en Poncitlán y el Salto.
O bien de la destrucción de la flora y la fauna en el afán de industrializar productos de mercado, sin que haya autoridad alguna que intervenga.
Ni que decir del crecimiento desordenado de la zona metropolitana, la destrucción de sus recursos naturales y el abandono de los servicios públicos, con la consecuente saturación de vías públicas y el mal servicio de transporte público, sin hablar de la contaminación recurrente del aire que respiramos.
Nadie habla tampoco de la deficiente, burocratizada y masificada y por lo tanto deshumanizada educación a que están sujetos niños y jóvenes. Como el olvido de los sistemas de promoción económica, que abandonaron la producción del empleo formal, ya no digamos de impulsar el bien remunerado y de alta calidad.
Con razones claras, como la consecuencia de matar de inanición la pequeña y mediana empresa.
De lo que tampoco nadie habla es de lo que se debe hacer y cómo hacerlo para lograr sacar adelante los temas que preocupan a la sociedad, esto es, ningún candidato o aspirante a ser administrador público habla de esos temas.
No lo hacen porque no tienen idea de cómo hacerlo o lo que puede ser peor, porque no les interesa resolver la compleja problemática del Estado de Jalisco. No hablan de generar un diagnóstico del que se debe partir para resolver con conocimiento y metodología.
Dicho estudio generaría como consecuencia un proyecto con estrategias y acciones a desarrollar. Luego vendría el Plan del Proyecto, que trataría los tiempos y la agenda para su desarrollo, quien lo dirigiría, sus costos y su forma de financiamiento, entre otras vertientes.
Todo ello implica una formación profesional de los candidatos, que no aceptan que les falta y que por ello buscan salidas fáciles, mediante el cultivo del ego de los electores o la distracción mediante declaraciones y acciones que lejos de comprometerlos, les evita enfrentar temas difíciles de resolver y que les causa temor abordar.
Todo ello en un entorno polarizado y de agresión de los partidarios de algunos candidatos facciosos, abusivos y de mala fe.