– Buenos días -saluda Memo-. ¿Cómo pinta el año?
-Como Siqueiros, de la fregada- contesta Juan.
-¿Por qué? -repregunta Memo y agrega- Han pasado tan solo dos semanas, deja que se acomode el año.
-Fíjate, la violencia ya está incontenible; con decirte que la tierra del “presiso” está en llamas -cometa Juan-. Y si un lugar se supone debe ser seguro, es la casa del Presidente.
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-¿No te parece que estás exagerando? -dice Memo.
-¡De ninguna manera! -exclama Juan- Pos’ ¿qué no ves la tele, lees periódicos o visitas las redes? Guanajuato, Tamaulipas, Sinaloa, Michoacán, Tabasco, Guerrero, Colima y síguele hasta completar los 32 estados de la República. De aquí, ni hablemos.
-Te siento alterado -señala Memo en un intento de cambiar el rumbo de la conversación.
Pero Juan vuelve al tema- Imagínate las elecciones: compra de votos, robo de urnas, trampa en los conteos y si no gana la candidata del Presidente, ¿lo reconocerá? ¡Imposible! Y ya sabes lo que sigue: la violencia.
-Vaya que estás grueso, mi estimado amigo. Eso ya no se puede, las autoridades electorales son imparciales, el padrón electoral es inalterable, los funcionarios de casillas son electos al azar. No hay modo.
-¡Ah, qué mi querido Memo! En un Presidente que quiere cambiar la Constitución y, empeñado en hacerse de la Corte y los órganos electorales, seguramente no caben la prudencia ni el buen juicio. Ya viste, hizo ministra de la Suprema Corte a una persona fiel a él, pero incompetente, sin carrera judicial ni autoridad profesional. En fin, sigue con tu buena fe -concluye Juan.
-Pues estás muy pesimista -agrega Memo.
-Mira, si los ciudadanos no nos ponemos las pilas, el futuro de México puede ser trágico. Entre la presión de Centroamérica y los intereses del Gobierno norteamericano, por una parte, y en manos de la delincuencia por la otra, ¿pa’ dónde te haces? -explica Juan.
-Pero ya aumentaron los salarios -dice Memo.
-¡Ja, ja, ja! -ríe Juan- ¿Y la escalada de precios? Tú que vas al mercado te das cuenta de que lo que ayer costaba cinco pesos, hoy vale siete. Está demostrado hasta la saciedad, la carrera entre salarios y precios nunca será ganada por los primeros si no viene acompañada del control de precios.
-Total, con esa actitud, se vuelve difícil la plática -expresa Memo, ya incómodo-. Hay que ser positivos, ver el vaso medio lleno.
-De acuerdo, soy pesimista y dicen que los pesimistas son realistas. Vamos dejando que camine el año que, al cabo, no creo que los acontecimientos lleguen a alterar nuestra vieja amistad, y el cafecito no creo que se acabe -apostilla Juan.
-Mejor vamos hablando de futbol -sugiere Memo-. Ya se inició la temporada, esperemos que a los equipos de Jalisco les vaya bien.
-Si no se reforzaron para enfrentar los trabucos de la UNL, Monterrey y el América, no sé cómo -comenta Juan.
-Mejor allí la dejamos; usted trae el ánimo muy abajo. Espero que la próxima semana esté más tranquilo y vea el futuro positivamente -concluye Memo.
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