De manera sorpresiva, a través del único medio con el que a lo largo de sus casi seis años de gobierno se ha comunicado con los jaliscienses, un video en sus redes sociales, Enrique Alfaro Ramírez anunció el sábado que comunicó al Congreso del Estado que tomaría 15 días de licencia como gobernador porque “necesito reorganizar cosas para actividades que voy a realizar en lo profesional, en lo académico y, por supuesto, en reorganizar mi vida personal…”.
Esta decisión la tomó apenas una semana después de haber regresado de vacaciones, y ayer domingo ya circulaban versiones, sin confirmar, de que fue visto en la madrugada en el aeropuerto internacional de Guadalajara.
Nadie le cree
Lo destacado de este anuncio es que nadie le creyó las razones de su licencia y a través de las redes sociales comenzaron a circular inmediatamente las razones que los jaliscienses consideraron ser la verdadera causa de la ausencia del Mandatario estatal:
- 1. Que se iba a disfrutar de los últimos partidos de la Eurocopa (la razón más comentada hasta por sus propios colaboradores, aunque no se descarta que se maneje como un distractor);
- 2. Que fue el pretexto para no asistir a la próxima reunión que sostendrá el presidente Andrés Manuel López Obrador con todos los gobernadores del país;
- 3. Que podría darse a conocer la resolución a alguna de las impugnaciones presentadas por las elecciones a la gubernatura y a la presidencia municipal de Guadalajara adversa a Movimiento Ciudadano, y que prefiere -o le instruyeron- no estar presente en ese momento;
- 4. Que se va porque se dará a conocer alguna noticia “bomba” durante su ausencia;
- 5. No quiere ser un estorbo para “alguien”;
- 6. Que prefiere que digan “aquí corrió” que “aquí quedó”; y
- 7. Que dejará a su maestro Enrique Ibarra Pedroza, secretario general de Gobierno, ser gobernador por 15 días para que la pintura de su figura sea colocada en la galería de exgobernadores y cumpla así su sueño de toda la vida, luego de que se logró que fuera alcalde de Guadalajara por unos meses y que como tal figure también en la Sala de Ex Presidentes Municipales.
La primera y última causas que circulan en redes sociales parecerían muy “simplonas” o “frívolas” y “banales”, algo que el gobernador dijo tanto odiar, pero que nadie duda que es capaz de hacerlo.
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Habría que decir que los jaliscienses eligieron a Enrique Alfaro para ser gobernador de tiempo completo y atender y resolver los problemas del Estado, no para que dedique 15 días de su gestión -pueden ser muchos o pocos en un período de seis años- a organizar su futuro personal.
Luego de que tomó una decisión, también muy personal -que a los jaliscienses poco puede importarles ya-, de retirarse de la política al final de su administración y dedicarse a otras actividades como, por ejemplo, entrenador de futbol.
Llama mucho la atención la poca o prácticamente nula credibilidad que tuvo la razón de su licencia, lo que evidencia que ya no es sujeto de confianza de los ciudadanos en lo que diga.
Y es que para no pocos es sospechosa su ausencia, precisamente en tiempos en los que se juega la Eurocopa o en momentos en que el ambiente político postelectoral en Jalisco está “candente” y en donde hay serios riesgos de ser anuladas las de gobernador y la de alcalde de Guadalajara, luego del desastroso y vergonzante papel del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana y de su presidenta Paula Ramírez Höhne, y del que no se escapa el resto de los integrantes del Consejo General.
En corrillos políticos de la Ciudad de México se manejó, incluso, la versión de que esta licencia por 15 días podría irse extendiendo por más tiempo debido a temas pendientes con Palacio Nacional y/o hasta con la doctora Claudia Sheinbaum, presidenta electa de la República.
Podría parecer una versión “complotista” o “conspiracionista”, afirman, pero hay elementos para sospechar de que, contra lo que algunos puedan creer, su situación frente a López Obrador y Sheinbaum Pardo no es la mejor ni la que tienen otros gobernadores de oposición como su colega Samuel García, mandatario de Nuevo León.
Podría seguirse especulando sobre las razones por las que Alfaro Ramírez decidió ausentarse -otros dicen que “huir”- de Jalisco durante dos semanas, pero la verdad es que nadie le creyó que haya sido para lo que dijo -analizar su futuro personal-, lo que también exhibe el declive de un gobernador ante sus gobernados cuando está en la antesala del fin de su sexenio.
Esperemos, pues, para ver qué sucede en estos 15 días durante los cuales los jaliscienses no verán en redes sociales al gobernador por el que votaron para que los gobernara, no para que se fuera a reflexionar sobre su futuro personal cuando ya no viva en Casa Jalisco y para lo cual tuvo el suficiente tiempo en seis años para hacerlo.
Al tiempo…