Recientemente el gobierno federal ha iniciado acciones para el rescate del río Lerma y el lago de Chapala, lo que despierta interés en los jaliscienses y en prácticamente un treinta por ciento de la población del país, que es afectada de manera directa o indirecta por la contaminación de la cuenca.
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Sin embargo, la zona más afectada es la Metropolitana de Guadalajara, en especial por el exagerado daño del río Santiago, continuación a partir del Lago de Chapala.
El tema de la contaminación de las aguas se ha venido discutiendo por más de cincuenta años.
A pesar de eso, no ha habido gobierno que se enfrente al problema de tamaña magnitud.La contaminación se ha venido afirmando, surge de los asentamientos humanos del entorno, así como de fenómenos pecuarios y de agricultura en los que se incluyen desechos animales, pesticidas y fertilizantes. Pero sobre todo en la última etapa de la cuenca que es a partir del lago de Chapala, la contaminación la genera el crecimiento industrial exagerado, sin control alguno de los sistemas de aguas envenenadas que producen.
Proyectos ha habido de todo tipo, desde los que descansan en diagnósticos serios, hasta los que se utilizan para hacer negocios con plantas de tratamiento, como el del gobierno de Enrique Alfaro, que realizó una gran inversión para sanear las aguas del río Santiago, contaminadas por la industria y proyectó la supuesta limpieza, con cargo al erario, esto es, a la población.
Sin embargo, el proyecto fue sistemáticamente rechazado por los habitantes de la Zona Metropolitana y quedó en el limbo con una enorme inversión desperdiciada.
El primer proyecto con cierta posibilidad de realización, lo hizo el gobierno de Salinas, en el que se establecieron las acciones a realizar, mismas que fueron distribuidas entre el gobierno federal, los estatales y los municipios, así como un estricto control de las aguas contaminadas, que en principio sanearían los industriales que las dañaban.
Sin embargo, el cambio de gobierno hacia Ernesto Zedillo que entró con demasiada inestabilidad y debilidad dejó de lado el tema y se perdieron todos los impulsos preparados, cayendo en el vació de la amenaza de ingobernabilidad.
El gobierno de Fox por su parte se perdió en declaraciones sobre el tema, con solo aparente interés del gobierno, sin realizar avance alguno.
Quien hizo algunos intentos fue el gobierno de Ramírez Acuña. El proyecto era demasiado grande y oneroso, de implicaciones nacionales y no tuvo eco del gobierno federal, menos de los gobiernos estatales, que sentían sería necesaria una fuerte inversión que no estaban dispuestos a realizar.
En adelante los gobiernos se han perdido en la retórica, sin mostrar en los hechos mayor interés, a pesar del evidente daño que se causa a la salud de la población.
El interés de la población en asuntos de ecología y de recursos naturales y la natural preocupación de daños a la salud que amenaza a los centros de población, obliga a los gobiernos a actuar, veremos ahora si el gobierno federal con severas limitaciones presupuestales logra algunos avances en el tema que angustia y lastima a los habitantes de esta región del país.
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