Pese a la “declaración de guerra” que el entonces gobernador electo, Enrique Alfaro Ramírez, le hizo desde la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres en noviembre del 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo su primera visita a Jalisco tres meses después de haber rendido protesta como presidente de la República el primero de diciembre del mismo año. La visita presidencial fue el 10 de marzo de 2019.
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Ahora la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo visitó Jalisco también tres meses después de asumir el cargo -1 de octubre-, pero a diferencia de aquella primera visita de López Obrador, ésta tuvo dos características: una, sus actividades fueron “privadas” y, dos, no la acompañó personal de la oficina de Comunicación Social, por lo que Palacio Nacional no emitió boletín de prensa alguno sobre su presencia en el estado.
Ambos hechos, sin duda, son de llamar la atención y descarto que hayan sido coincidencias.
En sus redes sociales, la presidenta Sheinbaum sólo refirió dos momentos de su visita: Una, la concurrida recepción que le dieron en el aeropuerto; y, dos, la supervisión de la Línea 4 del Tren Ligero, de la que destacó la inversión que por más de 10 mil millones de pesos hizo el gobierno de López Obrador. No más.
¿Por qué la presidenta Claudia Sheinbaum no quiso actos públicos en Jalisco y ni siquiera la presencia de los medios de comunicación?
¿Por qué decidió que su oficina de Comunicación Social guardara silencio sobre esta visita y que fuera el gobernador Jesús Pablo Lemus Navarro y su personal de comunicación los que dieran a conocer los pormenores de los sucedido en las tres actividades que presidió?
Seguro que con el tiempo se conocerán las respuestas a ambas preguntas.
Recordemos que cada vez que el gobernador Enrique Alfaro salía de Palacio Nacional, a lo largo de los seis años de su gobierno, anunciaba a través de videos que compartía en sus redes sociales una serie de compromisos que supuestamente había asumido el presidente de la República y presuntos acuerdos a los que habían llegado para llevar a cabo obras de infraestructura y quién sabe cuántas cosas más en el estado que, la verdad, nunca se concretaron ni fueron realidad.
De todo eso, sólo destaca la inversión para concluir la Línea 3 del Tren Ligero, que fue obra de Peña Nieto; los recursos para concluir la presa El Zapotillo, obra también de Peña Nieto; y su aportación para arrancar la Línea 4 del Tren Ligero, que quedó inconclusa.
El gobierno de López Obrador nunca emitió comunicado o boletín oficial alguno de esos encuentros y, por lo tanto, nunca avaló públicamente los anuncios que hacía Alfaro Ramírez ni asumía todos esos compromisos y promesas de los que hablaba el gobernador jalisciense.
¿Acaso será la misma táctica que aplique el gobierno de Sheinbaum Pardo cuando sostenga encuentros privados con Lemus Navarro, el no emitir comunicados sobre lo abordado “en privado” para no avalar lo que declare el Mandatario emecista?
Por eso será importante esperar a que transcurra el tiempo para confirmar, en los hechos, si de veras la presidenta Sheinbaum se comprometió a todo lo que ayer reveló en rueda de prensa el gobernador Lemus Navarro, porque desde Palacio Nacional no salió información alguna que nos permita confirmarlo ni que avale lo que Jesús Pablo declaró.
Insisto: Por alguna razón la presidenta decidió que las actividades fueran “privadas” y que su equipo de comunicación no la acompañara ni emitiera comunicado oficial alguno.