En la reciente visita de Claudia Sheinbaum a Jalisco, los voceros del gobierno de Jalisco anunciaron con bombo y platillo una fuerte inversión para la limpieza de las contaminadas aguas del Río Santiago.
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Permanece subyacente la inconformidad social con la forma que los gobiernos han querido resolver el problema de la contaminación de las aguas, mediante inversión pública. En el sexenio anterior el gobierno del estado realizó una fuerte inversión destinada a las aguas del río Santiago. No obstante, no se logró terminar la obra o cuando menos no fue arrancada.
Ahora con el aparente aval de la líder del gobierno federal, se pretende hacer obra complementaria en la que queda comprendida la planta de tratamiento de la presa del Ahogado, con cargo obviamente a las finanzas públicas, según la versión del gobierno de Jalisco, con inversión federal.
El dilema de origen, junto con los daños de salud a la población de la Zona Metropolitana en especial de Poncitlán y el Salto, es que se pretende limpiar las aguas que la irresponsabilidad de empresarios industriales han envenenado.
Los organismos civiles han insistido en que se debe reformar la Norma Oficial, para obligar a quienes contaminan emitan las aguas limpias al caudal del río. Sin embargo, se maneja una ambigüedad en el tema por parte de los gobiernos federal y estatal, insistiendo en que deben quedar enfocados dentro de la limpieza de las aguas residuales de la ciudad.
Obviamente eso significaría un financiamiento irregular de las utilidades de los empresarios, con el pretexto de proteger el empleo de quienes laboran en las industrias, lo que significa un chantaje de los empresarios o la simple colusión de funcionarios públicos y empresarios, mediante el manejo tolerante del gobierno.
La insistencia de los organismos civiles es la de crear una cultura ecológica del agua y una responsabilidad de los industriales, en tratar sus aguas antes de verterlas en los caudales. Por razones quizá explicables, ha habido oídos sordos a esa propuesta desde hace más de cincuenta años.
Lo preocupante es que quizá los gobiernos están tratando de ganar tiempo en un tema tan delicado como la salud de un sector importante jalisciense, amén de la mala imagen que se proyecta internacionalmente, al tener uno de los ríos más contaminados del mundo, sin que se tomen medidas para resolver el problema.
Es evidente que la prioridad es resolver el problema de la contaminación, lo que no es aceptable que se utilicen recursos públicos para subvencionar la negligencia o deliberada actitud delincuencial de los industriales, de ignorar el daño que causan a la población con el veneno que vierten en los cauces del río.
Más preocupante será quizá que con el pretexto de la gran obra que se necesita terminar para limpiar las aguas residuales que genera la población, se retrase la limpieza. Sin considerar que puedan estar utilizando el tema de la contaminación del río Santiago, para evadir la responsabilidad de la limpieza de toda la cuenca Lerma Chapala.
[…] Los bemoles de la limpieza del Río Santiago […]
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Totalmente de acuerdo con usted, tal parece que para el gobierno federal es más importante proteger los intereses privados que los derechos humanos de la población afectada por la complicidad en la creciente contaminación del río Santiago.
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