La bancada del Partido Acción Nacional (PAN) en el Congreso del Estado envió una buena señal al adelantar que votarán en contra de la iniciativa que pretende permitir que niños, niñas y adolescentes modifiquen su identidad de género en el acta de nacimiento, y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación no sólo ha insistido en que sea discutida en el pleno, sino que, incluso, les ordena el sentido de su voto: a favor, mandato que es totalmente criticable y cuestionable al violentar la autonomía de los poderes de la Nación.
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Con su posicionamiento público sobre un tema delicado, discutible y polémico que genera opiniones encontradas entre la ciudadanía, la fracción parlamentaria panista demuestra congruencia con su historia y sus principios, como lo hizo también en la pasada Legislatura cuando se sometió a votación la iniciativa para la despenalización del aborto -otra imposición de la Corte- y fue aprobada en una segunda ronda de votación por 20 votos a favor y 16 en contra -luego de que en la primera hubo empate con 18 votos en pro y 18 en contra-, no obstante que se sufragó mediante cédula, o sea voto secreto.
Acción Nacional en Jalisco ha tenido que enfrentar y cargar con el estigma de haberse convertido en el partido “apéndice” de Movimiento Ciudadano durante todo el sexenio de Enrique Alfaro Ramírez, conformándose con “administrar” sus derrotas que dejó excelentes dividendos a la cúpula del grupo dominante, y convirtiéndose vergonzosamente en una extensión más de las dependencias de gobierno desde el Congreso del Estado donde prácticamente estuvieron a las órdenes del Ejecutivo.
Ojala hoy no cometan el mismo error.
Pese a ello, en las pasadas elecciones la suerte estuvo de su lado, no obstante que cargaron con el desprestigio priista en la alianza que conformaron con el PRI y el PRD con la coalición Fuerza y Corazón por México, y se quedaron con uno de los escaños del senado de la República en la persona del ex gobernador Francisco Ramírez Acuña, desplazando al tercer lugar a la mancuerna de Movimiento Ciudadano que integraron Alberto Esquer y Mirza Flores como cabeza de las dos fórmulas “naranjas”, entre otros triunfos obtenidos.

Pero la conducta asumida por el PAN durante el sexenio alfarista prácticamente los desdibujó del escenario político estatal, amén de que poco les ayudó su candidata presidencial.
Ahora tiene la oportunidad de reivindicarse con su militancia y simpatizantes enarbolando causas que le dieron origen y que son la base de sus principios, como es la defensa de la familia y de la vida. Por eso el haber salido a “dar la cara” y manifestarse en contra de la aberrante iniciativa que la Suprema Corte les impuso y que deben de votar a favor, seguramente les dejará buenos dividendos, pero esa congruencia con sus principios deberá extenderla con su papel como oposición en Jalisco, dejando que sea su dirigencia nacional la que cumpla ese papel ante el gobierno federal morenista. Volverse a poner “de tapete” del gobierno estatal de Movimiento Ciudadano para seguir administrando las derrotas, será perder lo poco ganado en junio pasado.
Bien dijo Juan Pablo Colín, dirigente estatal, al posicionar su postura en contra de esta iniciativa: Otorgar a los infantes la capacidad de cambiar su identidad de género sin tener la madurez para otras decisiones importantes como votar o acceder a un crédito, es incoherente y riesgoso. “Lo que más nos interesa en el PAN es defender los valores de la familia, por eso nos oponemos a esta agenda de género”.
Por cierto, creo que será sano y mucho le ayudará a los jaliscienses que las otras bancadas legislativas en el Congreso del Estado -de Movimiento Ciudadano, Morena, PRI, Hagamos, Futuro, Verde Ecologista y Del Trabajo-, también “den la cara” y le confiesen a la sociedad cuál es su postura al respecto, y que no se acobarden al momento de someterla a votación y se escondan bajo en anonimato de una cédula por el miedo de que los jaliscienses se den cuenta de qué lado están.