Tras estallarle la semana pasada la “bomba” del hallazgo de hornos crematorios en el rancho “Izaguirre” -en el municipio de Teuchitlán-, que era utilizado como centro de entrenamiento y exterminio por parte del crimen organizado y que fue intervenido en septiembre del 2024 -luego de un enfrentamiento entre elementos de la Guardia nacional y un grupo armado-, quedando bajo resguardo de las autoridades correspondientes, lo primero que hizo el gobernador Jesús Pablo Lemus Navarro fue “lavarse las manos”, mirar hacia atrás y declarar que esto último sucedió en el sexenio de su antecesor, Enrique Alfaro Ramírez, aunque sin mencionarlo por su nombre.
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Interrogado sobre estos hechos por reporteros de la capital del país, antes de participar en el festival dominical organizado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en el Zócalo de la Ciudad de México, Lemus Navarro les declaró: “Independientemente de que estos sucesos no fueron dentro de mi mandato, nosotros tenemos que colaborar (con la Federación) y hacer la parte que nos toca en las investigaciones y la localización de posibles restos”.
Pero no sólo se deslindó de cualquier responsabilidad y cuestionó y criticó el trabajo realizado en dicho predio, sino que advirtió que investigará al gobierno alfarista sobre estros hechos. Así lo dijo:
“No se hizo la revisión completa del predio. Esto es algo verdaderamente preocupante, porque aunque es un predio de dimensiones importantes -de casi 10 hectáreas-, la localización de restos debió de haber seguido los meses de septiembre, de octubre, de noviembre y no esperar a nuestra llegada. Vamos a hacer la investigación para ver si hay omisiones de parte de algún funcionario”.
Nótese que Jesús Pablo reconoce que este problema se lo heredaron intencionalmente, pues destaca que el gobierno de Alfaro no continuó con las investigaciones en este predio durante los últimos tres meses de su administración, sino que prácticamente se lo dejaron entre los “pendientes” para que él -Lemus Navarro- se “echara ese trompo a la uña”.
Pero no fueron las autoridades estatales quienes continuaron con la revisión del predio y la indagatoria del caso, sino que fue el colectivo “Guerrero Buscadores de Jalisco” el que, como siempre, haciendo el trabajo que debe de hacer el gobierno descubrió en el lugar tres hornos crematorios clandestinos y una gran cantidad de objetos personales de quienes estuvieron ahí: 200 pares de zapatos, mochilas y ropa entre otras cosas, así como restos humanos calcinados y ocultos bajo una capa de tierra.

Las interrogantes
Ante el macabro descubrimiento que hoy es nota nacional e internacional, y las declaraciones hechas por el gobernador Lemus Navarro, ¿qué otras sorpresas le habrá heredado su antecesor Alfaro Ramírez y de qué magnitud? ¿En qué momento le “explotarán” al actual Mandatario? ¿Se atreverá, efectivamente, a investigar seriamente a los colaboradores de Enrique Alfaro sobre este caso y actuará en consecuencia en su contra? Con ya tres meses en el gobierno, ¿de veras el actual gobierno, y concretamente la Fiscalía del Estado, no estaba al tanto de las condiciones en que se encontraba este predio? ¿Conocían las actuales autoridades que las indagatorias en este rancho estaban suspendidas y que deberían de reiniciarse? ¿O en qué condiciones les entregaron este caso?
El escenario que heredó Lemus Navarro de su antecesor fue descrito puntualmente ayer por Indira Navarro, líder del colectivo que descubrió los hornos crematorios, quien ayer le declaró a López Dóriga: “Es la realidad que estamos viviendo aquí en el estado de Jalisco. Y no sólo los centros crematorios y de extermino, sino que Jalisco es el primer lugar en desapariciones a nivel nacional y no se ha hecho nada por erradicar el problema. Diario desaparecen…”.
Reiteramos: ¿Cuántas sorpresas más le esperan a Lemus Navarro de su antecesor?
Al tiempo…