El 14 de octubre pasado las fuerzas federales atraparon a Nazario Ramírez en Guadalajara, acusado de extorsión y venta de droga. El personaje de acuerdo con información difundida es líder en Jalisco del Sindicato de Transportistas de la CTM, ligado también al Cártel Jalisco Nueva Generación.
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Sin embargo, el evento puede tener aristas que despiertan inquietud y sospecha. Las preguntas pueden ser variadas y con distinto sentido, la argumentación central está basada en supuesta información del Departamento de Estado Norteamericano, por lo que nos enteramos a través de declaraciones e información de medios, que el personaje esta ligado a la extorsión y la venta de droga en Jalisco y Puebla.
También los medios de comunicación y las redes se complacieron al publicar fotografías de funcionarios importantes de Jalisco, iniciando con el propio gobernador y la presidente municipal de Guadalajara, así como funcionarios del gobierno de Enrique Alfaro.
Relación con Cártel Jalisco
No ayuda mucho a la defensa del gobierno de Jalisco los señalamientos de funcionarios estatales de origen municipal, de manera especial de Zapopan y Tlajomulco, por la relación con la delincuencia organizada.
Tampoco mejora la defensa de personajes del gobierno anterior, que intervinieron en los procesos de selección de candidatos de Movimiento Ciudadano a puestos de elección municipal o bien la conocida participación de la delincuencia en la administración municipal de Puerto Vallarta, en especial en la autorización ilegal de edificios de múltiples niveles.
Visto desde el ángulo de la estrategia federal, podría considerarse el afán de debilitar al grupo delincuencial, cortando los brazos financieros y de extorsión que producen grandes cantidades de dinero, sobre todo a través de negocios inmobiliarios como lo ha representado el crecimiento exagerado de edificios en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Sin embargo, no existe una información sólida sobre la relación de Nazario con los funcionarios públicos más allá de fotografías ocasionales, mediante las cuales se sugiere entre otras facetas, el financiamiento irregular de campañas electorales.
Lo que pudiera tratarse de la intención de apropiarse del gobierno estatal para Morena, mediante la manipulación del gobierno federal para debilitar al de por si entristecido gobierno de Lemus y los municipios de Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco. Llama la atención también la débil respuesta de los funcionarios de Movimiento Ciudadano, ante los señalamientos de complicidad.
Las corrientes de la llamada izquierda del país siempre han querido apropiarse de un estado que tradicionalmente se resiste a ser gobernado centralizadamente y sobre todo aceptar criterios populistas.
La duda persiste por la falta de claridad en la información de la detención del personaje, que pudiera llevar un doble sentido, el debilitamiento financiero del Cártel Jalisco, para complacer al gobierno norteamericano y suavizar los procesos de negociación del Tratado Comercial.
También se aprecia el interés de doblegar la resistencia de Movimiento Ciudadano a lo que la torpeza de sus funcionarios se presta sin conciencia del significado político. Se percibe además el afán malicioso de doblegar a un gobierno de políticas zigzagueantes sin brújula ni ruta clara.