La reciente declaración del Partido Acción Nacional (PAN) sobre una supuesta “restauración” interna, acompañada de la promesa de no buscar alianzas para los comicios de 2027 y 2030, no solo es un error táctico, sino una profunda incomprensión de la crisis política que vive México.
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En el contexto de un régimen que avanza sobre las instituciones democráticas, aferrarse a la identidad partidista del siglo pasado es un camino directo a la irrelevancia. Más que una “reconstrucción” de las viejas siglas, la coyuntura exige una auténtica refundación nacional a través de la creación de un nuevo partido político, moderno, incluyente y con la visión de rescate que la nación necesita.

Por consecuencia, se plantea un diagnóstico que es extensible a toda la oposición tradicional: se requiere una “reconstrucción profunda y total”, una “refundación ideológica y estructural” que permita a las fuerzas democráticas dejar de ser una “reliquia del pasado”.
Sin embargo, la historia reciente demuestra que los partidos con décadas de arrastre y vicios no pueden simplemente “transformarse” en algo nuevo. La ciudadanía percibe, con razón, que un cambio de fachada no soluciona la obsolescencia interna.
La solución no es remendar, sino construir de cero: un nuevo ente político que nazca con otros colores, otros estatutos y, crucialmente, con una revolución de idealistas.
Este nuevo movimiento debe ser liderado por gente joven, profesionistas y tecnócratas que antepongan la visión de un país moderno y competitivo a las cuotas partidistas. Su misión central debe ser una: rescatar a México de las manos de Morena y devolverle la estabilidad y el crecimiento.
Esta nueva fuerza no puede surgir de la negación de los valores de la oposición histórica, sino de su síntesis más noble. Es indispensable homologar el legado de los próceres del PRI y del PAN que encarnaron la lucha por la democracia.
Figuras como Luis Donaldo Colosio, cuyo llamado a la reforma y su visión de la justicia social dentro del PRI lo posicionaron como un idealista y visionario, deben unirse simbólicamente con Manuel J. Clouthier (“Maquío”), el líder panista que, desde la sociedad civil y el empresariado, se convirtió en el gran adalid del panismo a finales de los años ochenta.
Colosio y Clouthier representan el punto de convergencia del idealismo político: la búsqueda de una democracia plena y una justicia social real. El nuevo partido debe adoptar la mística de ambos para inspirar a la generación del siglo XXI con una plataforma audaz y pragmática.
Nueva política
El error del PAN al anunciar su deslinde de alianzas es letal, pues solo la unidad total puede hacer frente al régimen. La creación de este nuevo frente anti-Morena es impensable sin la incorporación de Movimiento Ciudadano (MC).
Lejos de la retórica de la confrontación, es una realidad que MC gobierna dos de las entidades federativas más prósperas y dinámicas de México, Jalisco y Nuevo León, estados que han demostrado ser motores económicos y laboratorios de la “nueva política”.
La suma de sus bases territoriales, sus cuadros jóvenes y su discurso innovador al proyecto de un nuevo partido es un activo indispensable para construir una alternativa viable a nivel nacional. La estrategia debe ser un frente amplio de principios, no de siglas, que sume la experiencia institucional con la frescura y los resultados probados.
Supervivencia de México
En conclusión, la supervivencia de la República pasa por la ineludible creación de este nuevo vehículo político. La inacción o la mera “reconstrucción” de las viejas cúpulas solo facilitará que el régimen actual se perpetúe en el poder, lo que llevaría a la destrucción total del país. Los ejemplos de esta debacle son evidentes y alarmantes:
• La Reforma Judicial de 2024, que amenaza la independencia del Poder Judicial, socava la división de poderes y pone en riesgo la justicia efectiva y la democracia.
• La reciente reforma a la Ley de Amparo, al limitar la figura de la suspensión del acto reclamado, debilita el principal instrumento de defensa del ciudadano frente a los abusos del poder.
• El monumental robo del “huachicol fiscal”, una evasión multimillonaria que, según estimaciones, asciende a más de 600 mil millones de pesos, un desfalco que afecta directamente a los recursos públicos destinados a la salud, seguridad y educación.
• La crisis humanitaria de cientos de miles de desaparecidos y millones de homicidios dolosos entre hombres y mujeres, que revela la incapacidad del Estado para garantizar la paz.
• La desaparición de fondos de desastres naturales (FONDEN), un acto de profunda irresponsabilidad que ya ha tenido costos humanos.
• La reciente crisis en Veracruz, donde la insensibilidad de la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora Rocío Nahle se puso de manifiesto ante las catastróficas inundaciones, con damnificados reclamando directamente por la falta de apoyo prometido.
Ante esta realidad catastrófica, el tiempo de la “reconstrucción” ha terminado. Es momento de la Refundación.
Solo un nuevo partido, nacido de la síntesis de los mejores ideales de la oposición histórica (Colosio y Clouthier), y fortalecido por la inclusión de los proyectos exitosos (Movimiento Ciudadano), podrá articular un verdadero Frente Anti-Morena capaz de ofrecer una alternativa de gobierno seria y responsable que devuelva a México la esperanza y la estabilidad.
