Una alimentación equilibrada es fundamental para que los adultos mayores mantengan su fuerza, memoria y energía, factores determinantes para conservar su independencia y calidad de vida. Especialistas en nutrición señalan que más allá de dedicar un día para celebrar a los abuelos, es necesario reconocer su papel en la familia y en la sociedad, así como promover acciones para mejorar su bienestar.
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Con el avance de la edad, el cuerpo requiere menos energía, pero aumenta la necesidad de ciertos nutrientes.
Los expertos recomiendan incluir diariamente una variedad de frutas y verduras, carbohidratos como arroz o tortilla, además de frijoles, lentejas, nueces y semillas, con el fin de asegurar fibra y antioxidantes que favorecen el buen funcionamiento del organismo.
Diversas investigaciones recientes destacan que conservar la masa muscular es un factor clave para prevenir caídas y mantener la movilidad. Para lograrlo, se recomienda incorporar fuentes de proteína en las tres comidas principales. Entre las opciones sugeridas se encuentran pescado, huevo, pollo, lácteos bajos en grasa con aporte extra de proteína, además de frijoles, lentejas y carne de res. Asimismo, la actividad física que incluya ejercicios de fuerza y flexibilidad complementa este objetivo.
El calcio y la vitamina D son esenciales para la salud ósea, mientras que el hierro contribuye a mantener niveles adecuados de energía. En caso de requerirse suplementación, se aconseja hacerlo únicamente bajo supervisión médica o de un nutriólogo.
Dado que muchos adultos mayores viven con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o alteraciones en los lípidos, las recomendaciones deben adaptarse a cada situación. Para personas con diabetes, se sugiere realizar comidas pequeñas y frecuentes, bajas en grasa y azúcares, para mantener estables los niveles de glucosa. Quienes tienen colesterol o triglicéridos elevados deben incrementar el consumo de pescado, frutas, verduras y frutos secos. En casos de hipertensión, la reducción de sodio es una medida prioritaria.
El momento de la comida también cumple una función social y emocional. Comer en familia favorece una mejor alimentación y ayuda a reducir sensaciones de soledad o depresión, problemas frecuentes en este grupo de edad. Algunas personas pueden requerir modificaciones en la textura de los alimentos para facilitar la masticación, lo cual puede mejorar la aceptación y disfrute de los alimentos.
Promover una buena alimentación no solo contribuye a la salud física de los adultos mayores, también es una manera de acompañarlos y fortalecer los vínculos familiares. Impulsar un estilo de vida saludable les permite continuar participando activamente en la familia y disfrutar plenamente esta etapa de la vida.
