La situación actual de la Universidad de Guadalajara (UdeG) genera varias interrogantes, una de ellas es la del futuro de la propia casa de estudios y la otra cómo afectará la educación superior en el estado de Jalisco y en el país.
Sobre todo, en el primer intento de acercar a la UdeG con el Gobierno del Estado. Quedó de manifiesto que solo se trata de un intento de solución de lo que se ve como conflicto o confrontación entre ambas instituciones, en que la federación se asume solamente como mediador.
Sin embargo, no es el problema social central el uso y aplicación de los limitados recursos que recibe la UdeG, como es interpretado por la historia de manipulación y despilfarro de los recursos de la universidad.
El problema va más allá y es resolver qué debe hacerse con la educación superior.
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Mejorar la educación
Ampliando más el concepto sería, qué hacer y cómo hacer, para mejorar la educación en general, en la que el problema de la educación media y superior, es solo parte del rompecabezas a resolver, si se quiere hacer de México un país de alto potencial de desarrollo.
Los gobiernos federal y estatal, deben asumir que su función más allá de financiar, es de conducir procesos de mejora de la educación.
Si bien es importante evitar la distorsión de la aplicación de los recursos públicos de la educación, en temas ajenos a ella, también es cierto que falta hacer todo un diagnóstico de que necesitamos como país y que esperamos de la educación en esa proyección.
Esto necesariamente nos debe conducir a mejorar las condiciones de la educación superior y por supuesto la inversión pública que conlleva.
Tampoco deben dejarse fuera del proyecto a los otros entes importantes, como son las universidades y centros de educación privada, que deben concatenarse con los objetivos nacionales de un Plan Nacional de Educación Superior.
Debe aprovecharse lo que ha funcionado, con estímulos al esfuerzo de los docentes, pero también debe generarse una depuración de los lastres a que han llevado las inercias.
Educación superior
De arranque la educación superior tiene dos distorsiones, ambas interactuando una con la otra, que es necesario corregir, la calidad y la masificación.
También es necesario revisar escrupulosamente los sistemas pedagógicos, priorizar carreras necesarias para la generación de empleo, con la incorporación de los sectores productivos en el análisis.
Se deben generar círculos virtuosos de educación, economía y empleo, para que de esa manera se lleve la educación superior a la ruta de los países que la convierten en el eje del proceso y que mediante ese enfoque han dejado atrás el subdesarrollo social.
La educación debe ser el vehículo mediante el cual el país debe mejorar para alcanzar nuevos niveles de vida y superar los atávicos problemas de pobreza e ignorancia, que tan caros nos han costado.
Desde ese ángulo el conflicto entre dirigentes de la Universidad de Guadalajara y el Gobierno de Jalisco se aprecia superficial y caprichoso, hasta podría decirse intrascendente.
El problema no es la interpretación de una relación de liderazgo de ambas instituciones, es el enfoque correcto en la búsqueda de mejorar las condiciones de vida de los jaliscienses, mediante conductas y mecanismos de profesionalismo y honestidad, confundidos al momento por los intereses y los estados de ánimo alterados.
Es fundamental para establecer las condiciones de lo que se pretende hacer con el país a largo plazo y con esto, que el desarrollo tecnológico, económico y social sean congruentes para alcanzar los objetivos del más elevado nivel en los ámbitos nacional e internacional
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