Me gustan las plantas; es un gusto aprendido de mi madre, la maestra Ma. del Socorro Orozco Jiménez. Con ella aprendí que todo en la vida está soportado en la educación, incluido el cuidado de las plantas.
Buena tierra, buena semilla, agua, sol, abono, trabajo y mucho amor componen la fórmula para que la naturaleza, como la civilidad, florezcan. La lección se reproduce tratándose de la formación de niños y jóvenes.
La educación es el proceso mediante el cual se desarrollan capacidades, habilidades, adiestramientos y valores para que los educandos tengan éxito y se integren a la vida como personas individual y socialmente útiles.
Bajo ese conocimiento, deberemos entender lo peligroso que es tergiversarla con propósitos de manipulación y control.
Vivimos una época apenas imaginada por mentes extraordinarias: Julio Verne, Isaac Asimov, George Orwell o Aldous Huxley.
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La velocidad de los cambios y la necesidad de adecuarnos cuanto antes a la nueva realidad, imponen a los escolares, e incluso a sus familiares, presiones -algunas de orden económico-, antes inexistentes.
Hoy, por ejemplo, la inteligencia artificial se ha convertido en un impresionante facilitador en tareas que antes requerían de mucho tiempo para realizarse y que exigen disponer de recursos inalcanzables para la mayoría.
Educación ajena al dogma
Condiciones esenciales para la evolución son la investigación, la propuesta y la discusión que, sujeta a las metodologías propias de cada ciencia, se desarrolla en las universidades o en las instituciones pedagógicas encargadas de esta responsabilidad.
Cuando “alguien”, por la razón que se quiera, pretende manipular los contenidos educativos para imponer un pensamiento único, lo que hace es condenar a los futuros ciudadanos a la esclavitud. Serán siervos y no personas libres.
La educación es el camino de la libertad, por lo tanto, debe mantenerse ajena al dogma y a la ideologización.
El mayor enemigo de la inteligencia es el prejuicio: la idea preconcebida o la verdad anticipada. A través de los procesos educativos se dota de herramientas al receptor para que discrimine; se le enseña a reflexionar, a pensar.
Las instituciones de enseñanza superior se denominan “universidades” porque están abiertas al pensamiento universal, científico y tecnológico.
Los sistemas educativos de los países con visión de largo plazo y compromiso social verdadero y no demagógico como Japón, Finlandia y Nueva Zelanda, tienen éxito porque dedican grandes recursos a la calificación profesional de sus ciudadanos.
Además de algo muy importante: tienen un profundo respeto por el maestro y les pagan los más altos salarios en el escalafón profesional.
La educación ve al futuro. Mientras las sociedades más desarrolladas preparan a sus niños y jóvenes para un mundo abierto y de alta competencia, las autoridades educativas nacionales condenan a los nuestros a dar un salto al pasado.
El contenido de los nuevos libros de texto gratuitos de ciencias sociales es reflejo de una personalidad mesiánica, empeñada en colocarse al lado de los próceres nacionales. Ya se encargará Clío de poner a cada quien en su lugar.
[…] A los maestros, con admiración y gratitud […]
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