“Se termina el estado de emergencia en Acapulco”, palabras más palabras menos, pero se traduce en la misma manera, las desgracias en Acapulco se han terminado.
Los lactantes ya tienen alimento suficiente, leche, pañales, medicinas, los niños y personas en general ya pueden recibir atención médica como en cualquier centro de salud del lejano país de Dinamarca, (paradigma con el que oficialmente se compara el sistema de salud pública de nuestro país).
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Los niveles de salubridad y aseo público ya se pueden presumir al turismo internacional, se ha reinstalado el servicio de agua potable y el eléctrico.
En fin, los bolsillos de los acapulqueños ya están llenos de dólares y de pesos producto de las propinas y de sus jugosos salarios, ni que decir de los servicios náuticos, las lanchas y pequeños yates ya funcionan al 100%, lo mismo para prestar servicio a los paseantes como para buscar el sustento en las otrora tranquilas aguas del océano.
Los agoreros del mal, sin embargo, afirman en todos los tonos que a muchos pobladores de esta empobrecida región del país, nunca les ha llegado la publicitada ayuda.
Incluso han sido rechazados de la casa del poder cuando tuvieron la osadía de acudir a la capital desde el sufrido puerto, no los recibieron, al menos así dicen los medios.
Hasta el momento los daños causados por el huracán se calculan, según los expertos, en más de 10 mil viviendas y escuelas, y ha dejado a miles de personas sin techo.
Recursos
El gobierno federal ha asignado 500 millones de dólares para la reconstrucción de Acapulco, pero dicha cantidad es insuficiente pues los daños son superiores en todo sentido, así se concibe por los encargados de hacer las primeras evaluaciones.
Así mismo, los comerciantes, lancheros y gente del pueblo de Acapulco, se sienten agraviados porque en el presupuesto federal de ingresos para el 2024, los pobladores del puerto de Acapulco han sido olvidados.
Realmente el presupuesto contempla para el gasto social el 44 % de dicha cuenta, que incluye entre diversos apartados el programa de adultos mayores y la pensión para personas con discapacidad, así como programas de becas para estudiantes.
Igualmente el presupuesto incluye proyectos de infraestructura como el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y el Aeropuerto Felipe Ángeles, que se estima en el 21% del total del mencionado presupuesto, pero no se contemplan recursos para atender a los damnificados por el huracán Otis.
A su vez, el encargado del Ejecutivo Federal, a través de su Consejería Jurídica acusa sin embages al Poder Judicial de la Federación o a su Presidenta, de haber impedido la entrega de los 13 Fideicomisos que se encuentran bajo resguardo de dicho poder, y que ascienden a más de 15 mil millones de pesos que serían utilizados en la reconstrucción del puerto de Acapulco.
Entre sus reclamos manifiesta respecto a un amparo que de manera definitiva se les otorgó a los jueces y magistrados.
“En forma rápida, inusual y sin oír a todas las partes en juicio, el juez otorgó la suspensión definitiva del Decreto de 27 de octubre de 2023, que impide que la tesorería de la federación pueda disponer de los recursos de sus fideicomisos”.
Y hace señalamientos de honestidad y de ética, pero no se consigna en dicha exposición, que los derechos del trabajador son inviolables y obviamente lo que hicieron en defensa de sus fideicomisos, sólo ha sido la materialización de su potestad como uno más de los poderes de la República.
La tragedia
La desinformación con que se ha manejado la tragedia de Acapulco, que obviamente tendrá repercusiones en la imagen del puerto tanto hacia el exterior como al interior del país, sólo se puede entender, o por la deficiencia de los encargados de este renglón de la actividad pública, o por el apresuramiento de dar respuesta a los medios de comunicación por parte del Ejecutivo Federal.
Desde los primeros momentos que se tuvo conocimiento de los daños ocasionados por el huracán, el ejecutivo manifestó que sólo habían sido 48 fallecidos, pero las cifras proporcionadas por el director de la Agencia de Noticias Cuadratín Guerrero, José Cárdenas, en el Estudio de Grupo Reforma en México, afirma, que el número de muertos según las funerarias ocasionados por el huracán OTIS sobrepasa la cifra de 350 mil, a lo cual hay que aumentar los desaparecidos. Pero eso será asunto de otras investigaciones.
Los integrantes del Congreso de la Unión que han sido testigos y cómplices de estas decisiones, tarde o temprano tendrán que responder a la historia por su incondicional sujeción a los dictados del Poder Ejecutivo, sin más señalamientos que un simple “Sí Señor”, con lo cual ponen en entredicho la autonomía del Poder Legislativo.
Nunca como ahora, ni siquiera en los aciagos tiempos del priismo, había quedado tan clara la interpretación de la vieja consigna de Maquiavelo, a quien tantos favores le deben los adictos a la autocracia y al absolutismo. “Al pueblo, sólo debe quedarle un monosílabo, para afirmar y para obedecer”.