Tarea nada fácil le deja Mario Delgado Carrillo a su sucesora Luisa María Alcalde Luján al frente de la dirigencia nacional del Movimiento de Regeneracion Nacional (MORENA), al entregarle un partido que gobernó el país por seis años y lo gobernará otros seis más; que gobierna 28 de los 32 estados, en espera de lo que la Sala Superior del Tribunal Electoral defina; con mayoría en 27 Congresos estatales; y mayoría calificada en la Cámara de Diputados y de facto en la de Senadores.
Te recomendamos:
¿Cómo superar esta marca? Habría de preguntarse quien a partir del primero de octubre tomará las riendas del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador.
Pero no sólo eso. Alcalde Luján tendrá en su comité nacional al secretario de Organización con mayor poder que haya tenido partido alguno: Andrés Manuel López Beltrán.
De hecho, ambos fueron las figuras principales del Congreso Nacional Extrardinario, dejando en un muy segundo plano -si se vale la expresión- a quien será la secretaria general, Carolina Rangel Gracida, quien ocupará la vacante que deje Citlalli Hernández y que prácticamente pasó desapercibida ayer.
Al parecer, la secretaría de Organización seguirá siendo el “coto” de poder de los López, pues ahí estuvieron Gabriel Hernández García y luego Alejandro Peña -muy conocido aquí en Jalisco-, pero ambos respondían directamente al presidente de la República y no precisamente a Delgado Carrillo.
Hoy llega a este espacio nada menos que el hijo de López Obrador, a quien equivocadamente lo candidatearon inicialmente a la secretaría general, pero eso nunca estuvo en sus planes porque dicha cartera tiene un carácter más burocrático que de operatividad política.
La secretaría de Organización le permitirá a “Andy” López Beltrán -como es conocido-, tener el control real político y electoral del partido en todo el país; ir “tejiendo” redes con los principales liderazgos en los 32 estados e ir reforzando, robusteciendo o creando las estructuras que Morena tiene ya establecidas a lo largo y ancho de la República; y ser quien tenga el “mapeo” muy claro de las fortalezas y debilidades del partido.
Con todo lo anterior, ¿de veras creyeron que el hijo del presidente quería ser el secretario general de Morena?
Los retos de Alcalde
Luisa María Alcalde tendrá un doble reto al frente del partido:
1. Superar lo logrado por Mario Delgado
2. Y como presidenta de Morena, ser ella quien tenga el mando real del partido y demostrarlo, porque nada bueno sería que su secretario de Organización sea “el poder tras el trono”, cosa difícil, muy difícil, de creer que no sea así.
Sí, muchas cosas, mayoritariamente negativas, se han dicho de “Andy” López Beltrán, pero nadie puede negarle el derecho de ser integrante de la dirigencia no sólo porque lo fundó su padre, sino porque desde entonces él mismo se sumó a sus filas y trabajo en él.
Como militante de Morena no hay motivo que le impida ocupar cargos partidistas, particularmente ahora que su progenitor deja de ser presidente de la República.
Y, en estricto sentido, creo que sólo los militantes de su partido pueden aprobar o reprobar sus acciones y decisiones como secretario de Organización si sólo actúa como tal, y no precisamente la ciudadanía que no milita en Morena. Y es que su tarea será exclusivamente al interior del partido.
Así, pues, como en ningún otro momento un partido político ha tenido un Secretario de Organización con tanto poder como ahora Morena, que a partir del primero de octubre tendrá también a una joven dirigente -a la que podrá criticársele todo lo que se quiera-, como Luisa María Alcalde Luján, que registra una envidiable y fulgurante carrera política, pues en sólo un sexenio fue secretaria del Trabajo, secretaria de Gobernación y ahora presidenta nacional del partido en el poder, Morena… y cuenta apenas con 37 años.