En su entrevista con el periódico Milenio Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez declaró:
“Tengo perfectamente en orden la administración. Tengo perfectamente en orden mis cuentas públicas. No tengo nada que esconder. No tengo que negociar ningún tipo de… ¿cómo decía? de canonjías, prebendas… Pero mucho menos posiciones políticas. Por si alguien tiene alguna duda, eso jamás va a pasar. Jamás va a pasar”.
Las dudas
- ¿Por qué en pleno proceso electoral, cuando en los corrillos políticos corre la versión de que ya “negoció” Jalisco, que “entregará” el estado a la 4T, el Mandatario estatal aclara o destaca que tiene en orden su administración, sus cuentas públicas y que no tiene nada que esconder ni “canonjías” (sic) o “prebendas” (sic) qué negociar?
- ¿Porque si gana Jesús Pablo Lemus Navarro no podrá traicionarlo ni chantajearlo por ese lado ni sería su “rehén” por estas razones?
- ¿Porque si gana Claudia Delgadillo González no podrá presionarlo u obligarlo a “negociar” algo a cambio de no proceder en su contra?
- ¿Porque no es por ese lado por el que en Palacio Nacional lo habrían presionado a “negociar” o “entregar” el estado?
Cabe destacar que una cosa es que tenga en orden sus cuentas públicas y otra que llegado el momento el Congreso del Estado pueda encontrar irregularidades que ameriten no sólo el que le haga observaciones sino, incluso, aplicarle cargos por rubros no aclarados o cubiertos.
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Pero eso dependerá de muchas cosas, porque, queriendo, la Auditoría Superior del Estado le puede “encontrar” motivos para aplicarle esas observaciones o hasta cargos si de fastidiar se trata, en caso de que realmente tenga todo en orden.
Alfaro Ramírez aseguró que para que nadie tenga alguna duda, no negoció posiciones políticas, aunque no advertimos con quién tenía que negociar posiciones políticas si salvo la candidatura al gobierno estatal -esa dicen que la impuso Dante Delgado- él prácticamente “palomeó” todas las demás.
Pero “negociar” el estado, como se sospecha, no sería a cambio de algo propiamente político, pues a Palacio Nacional le basta con que -como lo hicieron los demás gobernadores de oposición que “entregaron” sus estados- no “meta las manos” en el proceso electoral, como lo está haciendo.
No son pocos los analistas, columnistas y expertos que coinciden en que si algo “negociaron” los gobernadores que “entregaron” sus estados, sin necesariamente obtener a cambio una embajada o consulado, fue impunidad. ¿Este podría ser el caso de Enrique Alfaro Ramírez? No lo sabemos ni tenemos elementos para afirmar que así es, pero aseguran que esa fue la constante en los estados que gobernaba la oposición y hoy lo hace Morena.
Como advertimos, pues, en toda la entrevista, contra su costumbre, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez no dio señal alguna de estar convencido y seguro de que Movimiento Ciudadano ganará la gubernatura el dos de junio. Y ni, contra su postura tradicional de estos casi seis años, negó “de frente y a la cara” que no haya “negociado” Jalisco. Por el contrario, dejó abierta la sospecha de que Jalisco se puede “pintar” de guinda.
Y si no, al tiempo…