En los últimos días, han circulado dos fotografías que revelan el nivel de barbarie en medio de la que vivimos, aquí les comparto mi reflexión.
Mi madre nos enseñó, siendo pequeños, una poesía de Gabriela Mistral que reza: “Piececitos de niño, azulosos de frío, ¡cómo os ven y no cubren, Dios mío!” En ella se manifiesta el lado humano de las personas comprometidas con aquellos que, sin culpa, padecen la bestialidad de quienes luchan por el poder bajo la máscara de la justicia social. Son iluminados. Valdría la pena que pensamientos como el referido inspiren la conciencia de la humanidad.
Te recomendamos:
La reflexión viene a cuento puesto que, en los últimos días, han circulado dos fotografías que revelan el nivel de barbarie en medio de la que vivimos. La primera es la imagen de niños moribundos, famélicos, ojos hundidos, cuerpo deforme, vientre inflamado, brazos y piernitas descarnados, piel cetrina, mirada perdida: están falleciendo de hambre.
Sí, en esta época, mientras los que se asumen dueños del mundo disputan el “derecho” de imponer sus reglas y gastan fortunas en armamento, miles de criaturas están, literalmente, muriendo de inanición. Su pecado: haber nacido en el momento y lugar equivocados. Es una vergüenza terrible.
La segunda fotografía es verdaderamente ominosa, desgarradora. Es el editorial gráfico más impactante que he visto en mi vida. En Veracruz, una maestra jubilada, de nombre Irma Hernández Cruz, ante lo precario de sus ingresos, trabajaba como conductora de un automóvil de alquiler.
Fue secuestrada por miembros del crimen organizado y obligada a comunicar una amenaza que implicaba la pérdida de su vida: que sus compañeros taxistas pagaran “piso”, de lo contrario, podrían sufrir -como ella- las consecuencias. La imagen contiene un simbolismo aterrador.
Una mujer de edad madura -que representa a la patria- aparece arrodillada e indefensa, mientras un grupo de sicarios armados hasta los dientes, ejercen sobre ella una tortura psicológica brutal. En la actualidad, son mafias delincuenciales quienes han substituido a la autoridad y extorsionan, impunemente, a personas inermes, personas comunes y pacíficas, víctimas de la incompetencia de un gobierno que ha hecho su credo de la frase: “abrazos, no balazos”.
La gobernadora de ese estado, una señora de apellido Nahle, señalada por corrupta (deberíamos hacer un catálogo público de los funcionarios deshonestos para que no se olviden sus nombres), salió a explicar que la maestra Irma Hernández Cruz murió de un infarto; que no fue asesinada.
¿Qué quería, que tuviera el tiro de gracia? ¿Piensa acaso que los lectores somos imbéciles? La maestra fue asesinada, con todas sus letras. La foto es prueba de la incompetencia de un gobierno que renunció a proteger a sus ciudadanos, garantizar el orden público y la vigencia de las garantías individuales. El documento demuestra una verdad irrefutable: México es un estado fallido.
Una reflexión final. Actualmente, un alto porcentaje de los espacios noticiosos, formales e informales, tienen que ver con la criminalidad. Los antihéroes son los personajes del día a día; el ejemplo para nuestros niños. La apología del delito y la impunidad no se encuentra solo en los narcocorridos, se hace todos los días y se defiende desde las mañaneras.
*Columna publicada en: https://www.informador.mx/ideas/Barbarie-20250803-0100.html