Pues bien, “no hay plazo que no se venza ni fecha que no se cumpla”, reza un viejo refrán popular. Y sí, ya están en el partidero y listas para arrancar en una carrera parejera, las dos corredoras que participan en el derbi presidencial.
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Llega como favorita, La Corcholata, yegua de muy alta estima de su dueño, Andrés López “Pinocho”, poseedor de una amplia cuadra integrada por los restos, sobrantes, desechos y rechazos de los, otrora, famosos criaderos, El Institucional, Los Azules y Rancho Amarillo.
La Corcholata ha sido mostrada en las distintas pistas del territorio nacional. Su pedigrí proviene de una cruza de semental centro europeo y yegua criolla.
De pelaje ruano, es fuerte, rápida en la salida y de temperamento brioso. Alarga a media carrera y cierra fuerte. Cuenta, además, con todos los recursos y cuidados -incluido el favor de los jueces-.
La otra corredora
En otro carril, lista para arrancar, está Flor del campo; yegua mostrenca, sin pedigrí e inicialmente programada para participar en el derbi capitalino.
De capa alazán claro, es cruza de semental de origen desconocido y yegua originaria de las llanuras de Apan. De patas fuertes y poderosos cuartos traseros, da ventajas de salida a su contraria. Tiene un ritmo formidable y su capacidad para recortar en las curvas y acelerar en el tramo final la hacen una competidora temible.
Aun cuando no es la favorita, puede hacer la chica. Los apostadores están dando mocho, y muchos oportunistas y aplaudidores la están promoviendo con la esperanza de luego pasarle la charola.
El corredor imprevisto
Cuando parecía que todo estaba listo para iniciar la competencia, apareció en escena un corredor imprevisto: el Francés. Caballo tordillo, magnífico ejemplar de sangre europea, perteneció originalmente a la cuadra de Manuel Camacho, alias “El Rebelde”, socio de Carlos Salinas.
El “Pinocho” adquirió al Francés y lo estuvo corriendo en los distintos carriles del país. Al parecer, ahora correrá bajo la promoción de un nuevo apoderado. Veterano de las pistas de muy buena lámina, reúne una gran cantidad de cualidades: buena alzada, patas y cuartos fuertes, es avispado y rápido de arranque, aun cuando, ordinariamente, cierra mal. A pesar de encontrarse en su madurez, difícilmente ganará y tal vez sea su última carrera.
Mientras tanto, en las tribunas, los comentarios de los miles de asistentes, con boleto pagado y colados, van y vienen.
Que los jueces están vendidos, cuchichean. Que los dados están cargados, que le van a dar mucha agua a Flor del campo para reventarla.
Que le van a poner polvo picapica debajo de la silla o que le van a cambiar de freno al Francés y no sé cuántos trucos y trampas, imaginados o reales, habremos de ver en esta esperada carrera.
En lo que sí parece haber coincidencia, es en que el “Pinocho” quiere ganar, por la buena o por la mala, para luego, como López de Santa Anna, irse a su rancho; aquel a “Manga de Clavo” y el presi, al suyo.
Así es que, como en la lotería, se va y se corre.