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Ernesto Zedillo crisis
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En lo referente a la crisis que inició con la toma de posesión de Ernesto Zedillo, de la Presidencia de la República en 1994, cabe destacar los graves problemas que abarcaron el último año de Salinas, por un lado, la rebelión Zapatista, por el otro la muerte de Donaldo Colosio.

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En su momento se señalaron tres causas de la crisis económica, atribuibles al gobierno de Salinas:

  • La inestabilidad política
  • El enorme gasto ejercido para la elección de los programas de Solidaridad, utilizados básicamente para fortalecer la candidatura de Colosio.
  • La tercera fue atribuida a Ernesto Zedillo, la destitución de Pedro Aspe como Secretario de Hacienda, considerado el alfiler que sostenía el precario prestigio de México ante los inversionistas.

No es de extrañar entonces que, en este momento de amenaza de los inversionistas de sacar su dinero del país, la presidenta electa Claudia Sheinbaum ratifica a Rogelio Ramírez de la O, actual Secretario de Hacienda, como un intento de tranquilizar los mercados financieros.

secretario de hacienda
Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda

Sin embargo, en un acto de reflexión más cuidadoso, el origen de la crisis que estalló en 1994 en manos de Zedillo y se profundizó durante 1995 y parte de 1996, se puede encontrar en la ilegitimidad del gobierno de Salinas, agravado por su manejo autoritario.

No es exagerado decir que el hecho de imponer a Donaldo Colosio como candidato presidencial, sin un procedimiento democrático, exacerbó los ánimos de los otros precandidatos y sus simpatizantes.

Además de convertir el programa de Solidaridad en un elemento de manipulación en su afán de consolidar el proyecto de la candidatura de Colosio.

Todos esos elementos se fueron acumulando hasta el momento del homicidio del candidato ungido para la presidencia de la República, para luego estallarle en la cara a Ernesto Zedillo.

Si bien la candidatura emergente de Zedillo se legitimó mediante una votación copiosa, nunca dejó de ser considerado como un candidato improvisado y frágil, lo que, sumado a los últimos eventos, incluyendo el debilitamiento del liderazgo de Salinas, generó severas dudas de la capacidad de Ernesto Zedillo de administrar el país y por consecuencia la incertidumbre que provocó el pánico y la atropellada salida de inversionistas y capitales.

El aval de Bill Clinton, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica permitió un préstamo de 40 mil millones de dólares de organismos financieros internacionales, que garantizaba el pago de la deuda externa y tranquilizó los mercados del llamado Efecto Tequila.

Aunque los daños al interior fueron irreversibles, generando múltiples efectos que frenaron el esperado crecimiento del país con el Tratado de Libre Comercio.

Trasladada esa experiencia a este momento, nos lleva a considerar que el espacio de maniobra de la presidenta electa es muy estrecho y que las pasiones que se generan en el entorno de los personajes no son buenas consejeras para la toma de las mejores decisiones.

Además de la inestabilidad que provocan las declaraciones de los otros protagonistas, en el momento en que por diversos factores hay evidente nerviosismo de los entes que administran inversiones y capital, mismo que puede provocar una estampida de salida de capitales, que no habría liderazgo o autoridad que frenara.

Es obvio decir que las experiencias pasadas nos llevan a considerar que el único método de brindar certeza es tranquilizar el entorno, actuar con moderación, ecuanimidad y entereza, de otra manera nos estarán acercando a una nueva oscura etapa de devaluación y crisis financiera, de consecuencias impredecibles.


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Andres Gomez Rosales

por Andrés Gómez

Abogado, profesor, asesor de comunicación y de seguridad pública, así como columnista de diversos medios impresos y digitales.

Un comentario en "Crisis cíclicas y referentes II"

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