En los corrillos políticos -del Congreso, de Palacio de Gobierno, del Palacio de Justicia y de los partidos políticos-, se asegura que si alguien pierde con la aplicación -armonización, le llaman elegantemente- de la reforma al Poder Judicial en Jalisco es el Partido Acción Nacional. O más bien, el grupo dominante en el PAN desde que perdieron el poder en el 2012.
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Y es que, según las cuentas de los enterados, el Grupo del Comité Estatal perdería diez de las 34 magistraturas que conforman el Supremo Tribunal de Justicia. Y no se diga una gran cantidad de jueces afines.
Mito, leyenda o realidad -esto último es lo más cercano a la verdad-, el caso es que, efectivamente, los acuerdos y repartos de los espacios en el Poder Judicial, entre la fuerza del panismo y el gobierno del Estado, lo mismo se hacía en Palacio de Gobierno que en Casa Jalisco, en el Palacio Legislativo o en cualquier café de la metrópoli. Ya después se iban a festejar al lugar de sus preferencias.
Lamentablemente hoy ya no está quien fue el protagonista de muchas de estas negociaciones y acuerdos que, dicen, tenía “derecho de picaporte” en la casona de Manuel Acuña.
Frente a esta amarga realidad, ayer la bancada de Acción Nacional en el Congreso del Estado, encabezada por su coordinadora Claudia Murguía, pero con la ausencia del diputado Julio Hurtado, acompañada del dirigente estatal, Juan Pablo Colín Aguilar dio a conocer su posición respecto a la reforma Judicial a la que el gobernador Jesús Pablo Lemus Navarro recibe “con los abrazos abiertos” y para la que ya echó a andar la maquinaria con la que construirá su iniciativa.
Más como desahogo que otra cosa, pues ya es cosa juzgada, los panistas manifestaron su oposición a la elección de jueces por la vía del voto popular, bajo el argumento de que “representa una amenaza para la imparcialidad y eficiencia del sistema judicial”, además de que “podría debilitar la justicia y poner en riesgo la seguridad jurídica de los ciudadanos”. “Palo dado, ni Dios lo quita”.
Sin embargo, plantearon algunas propuestas interesantes que habrá que esperar para saber qué tanto los escuchan y que fuerza tendrán ahora para negociar.
De entrada, se suman a la postura del gobierno estatal y los emecistas -en voz del coordinador legislativo, José Luis Tostado Bastida-, de llevar a cabo el 100 por ciento del relevo de magistrados y jueces hasta el 2027 y no el 50% en junio próximo y el resto dentro de dos años, como lo plantea Morena y sus aliados.
Asimismo, que se integren tres Comités de Evaluación con expertos en materia jurídica -¿quien y como se elegirán? ¿Serán los mismos de siempre, los “ajonjolí de todos los moles”?- y representantes de la sociedad civil -¿Quiénes? ¿Los mismos de siempre? ¿Los empresarios favoritos del gobierno? ¿Los personajes más mediáticos sin representación alguna?-.
Otras propuestas que deben ser tomadas en cuenta y someterse al análisis y discusión, sin descartarlas de antemano son: Que la elección de magistrados sea estatal y la de jueces se divida en 10 demarcaciones electorales judiciales; que la adscripción de jueces no esté condicionada a la región geográfica en la que fueron elegidos, sino que lo determine un órgano de administración posterior; que los magistrados tengan una antigüedad de título de abogado de cuando menos cinco años, con estudios de posgrado y experiencia profesional, entre otras.
Pero algo que destaca y que no aparece en la propuesta dada a conocer por la bancada de Morena, pero que deben de ser una coincidencia entre todos los protagonistas de esta reforma y que estoy seguro todos los jaliscienses aplaudirán es que: “Por ningún motivo, en cualquier etapa del proceso de la elección, se utilicen mecanismos de decisión aleatorios o a la suerte como tómbolas y sorteos”.
Coincido: en Jalisco no deben de existir magistrados o jueces “por tómbola”. Ya vimos cómo nos fue en la era obradorista con los legisladores “por tómbola”.
Por último, si es cierto que el Grupo del Comité Estatal tiene 10 magistraturas afines -¿a poco no?-, habrá que ver si esa decena se inscribirá o no como candidatos, quizás con la esperanza de que la “suerte” los acompañe y se mantengan en el Supremo Tribunal de Justicia.
Al tiempo…