La Universidad de Guadalajara se encuentra en una encrucijada de varias alternativas. Para empezar, está por resolver quien será su nuevo dirigente, sin embargo, la verdadera interrogante no será al final esa, sino cuál es la ruta que tomara dentro de la Educación Superior.
Te recomendamos:
Una propuesta ambigua de seguridad pública
Las alternativas son varias y complejas, positivas y negativas. La primera pregunta que surge es: ¿Qué criterios seguirá la nueva dirigencia? Es evidente que quien surja como rector lo será por acuerdos tomados cupularmente y esos acuerdos, es lógico que se tomen después de proteger posiciones de administración y de dirigencia.
Preguntas importantes
Es de suponer que quedarán en las posiciones estratégicas, los líderes más connotados del grupo que ha venido dirigiendo la Universidad.
Y ahí surgen las preguntas más importantes, las que en realidad deben importarle a la sociedad jalisciense:
- ¿Cuál será el Plan y los objetivos de la administración que surja de esos acuerdos?
- ¿Serán solamente los intereses de grupo los que prevalecerán?
- ¿Buscarán mejorar la presencia y el impacto de la institución en la sociedad?
- ¿La convertirán en un ente de promoción y cambio?
- ¿Tendrá la nueva dirigencia la capacidad de proyectar un cambio de impacto trascendente al futuro?
- ¿Permanecerá el sentido coyuntural y de interés de sus dirigentes?
- ¿Interesa a su nueva dirigencia convertirse en la refundadora de la idea original?
- ¿Buscarán trascender la circunstancia y el momento histórico?
- ¿Y si lo intentan, lo lograrán?
Claro que la batería de preguntas surge de un primer postulado, si desean cambiar la historia o solamente desean disfrutar de la llamarada circunstancial.
Y de ahí surge otra interrogante ligada a la primera: ¿Existen potenciales lideres en el grupo con capacidad de enfrentar tamaños retos?
Se aprecia difícil, pero esperemos a que primero se resuelva el primer proceso, la selección del rector sin rupturas y esperemos el milagro de que quienes surjan de esos procesos tengan la voluntad suficiente para enfrentarlo, la capacidad de resolver y la visión de un futuro promisorio para Jalisco desde la Universidad, cuyo diseño inicial fue ese, cambiar para mejorar la vida de los jaliscienses.
Para obtener un resultado de ese tamaño tendría que cambiarse la lógica de utilidad y manipulación electoral.
Cambiarse también el sentido de la academia y de la investigación científica, convertidas por muchos en una forma de vida personal e interesada, de aprovechamiento de los recursos de la propia institución.
El objetivo es cambiar la cultura del subdesarrollo, no solo económico sino social y especialmente cultural. Hacer de esta sociedad un ente de progreso y bienestar general y no como ha sido hasta la fecha, de utilidad de grupos y de facciones.
Debe buscarse convertir la Universidad en un ente de rango mundial en la academia y en la investigación, ¿Es acaso eso imposible? Si se tienen dudas, debe buscarse en el trabajo de los antecesores que hablaban con propiedad con sus pares de universidades norteamericanas en temas de historia, de cultura, de la academia.
Se debe rescatar la memoria de la dignidad, la ilustración y la inteligencia de quienes los precedieron.
[…] El futuro de la Universidad de Guadalajara […]
[…] El futuro de a Universidad de Guadalajara […]