Comparado con la indolencia con la que el ex gobernador Enrique Alfaro trató el tema de los desaparecidos en Jalisco, hay que reconocer que Pablo Lemus ha decidido atender el grave fenómeno con un elemento que es fundamental: la empatía.
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Las reuniones sostenidas con diferentes colectivos a los que involucró en nombramientos sensibles como la atención a víctimas o el propio Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, revelan una actitud distinta y un propósito claro de atender el problema.

Sin embargo, se trata de un largo camino que deberá recorrerse para revertir las actuales condiciones de maltrato, indiferencia y hechos indignos a los que son sometidos familiares de desaparecidos.
Por principio de cuentas, el actual gobierno estatal debería echar un vistazo al Sistema de Información Sobre Víctimas de Desaparición (Sisovid), creado por la anterior administración.
Diseñado supuestamente para mantener informados a los familiares que pasan por este penoso trance, comienza con las personas localizadas a partir de diciembre de 2018 (cuando inició el gobierno de Alfaro) en lugar de atender las desapariciones.
Luego muestra un Manual de Información para Víctimas de Desaparición que plantea una serie de supuestos que están alejados de la realidad.
Por ejemplo, ante la incapacidad del estado para salvaguardar la integridad de las personas, recomienda el autocuidado para disminuir el riesgo de ser víctima, con sugerencias como las siguientes: “Haz caso a tu instinto, aléjate de lugares que te produzcan intranquilidad; si te encuentras en estado etílico (sic) procura que te acompañe una persona de confianza”.
También plantea que todos en la familia tengan un archivo a la mano para facilitar una denuncia y luego una búsqueda. Debe contener datos personales, fotografías de cuerpo entero, tatuajes, lunares y cicatrices; datos del celular, incluido el IMEI (International, Mobile System Equipment Identity, por sus siglas en inglés) que es un código internacional de 15 dígitos pregrabado en los teléfonos móviles.
En el archivo tienen que aparecer datos de tarjetas bancarias, del automóvil, de redes sociales con todo y contraseña.
Según el manual la investigación debe ser inmediata, pronta, diligente, sin prejuicios, estratégica, empática, exhaustiva, coordinada y sin obstrucciones.
Las autoridades tienen que brindar un trato respetuoso hacia la dignidad de las personas e informar el avance de la investigación; también debe proporcionarse copia de la denuncia, asesoría jurídica y los datos del primer respondiente.
Pero en la práctica esto no sucede. Integrantes de colectivos señalan que no hay tal trato respetuoso y un ejemplo es lo que ocurre en servicios forenses; tampoco sucede en la Fiscalía para Desaparecidos donde hay un trato frío y carente de empatía hacia las víctimas.
No se otorgan copias de las denuncias hasta que suben la queja a dirección; no brindan datos del primer respondiente; no hay acceso a la carpeta de investigación si no está el ministerio público presente y éstos se ausentan con frecuencia, pese a que de acuerdo con la ley siempre debe haber uno las 24 horas.
Tampoco se otorga información de avances y hay que solicitar una cita para una mesa de trabajo que suele tardarse más de un mes.
En la Fiscalía de desaparecidos las denuncias pueden llevarse hasta cinco horas y si hay testigos o es aun caso complejo, hasta 12 horas.
Es un secreto a voces que ministerios públicos enviados a esta área, lo consideran un castigo, porque el trabajo es mucho y el salario es el mismo que en otras con menos saturación.
De acuerdo con cifras oficiales, un promedio de seis personas al día desaparecen en el estado. No obstante, colectivos estiman que en realidad son tres veces más los casos, donde el fenómeno ha rebasado a las autoridades.
Aunque el gobernador Pablo Lemus tiene buenas intenciones, el tamaño del problema que le heredaron es mayúsculo. Hace bien en comenzar por la empatía, pero el mensaje debe llegar a todos los que tienen que ver con el tema.
(Lo invito a que me lea, escuche y vea en www.paraleloveinte.com).
martinezmcarlos@hotmail.com
*Columna publicada en: https://www.milenio.com/opinion/carlos-martinez-macias/sin-pedir-audiencia/empatia-la-clave-en-desapariciones