El mundo del regional mexicano está en llamas tras la sorpresiva decisión de un juez de Jalisco que vinculó a proceso a Los Alegres del Barranco, una de las bandas más populares del género, por presunta apología del delito. ¿La razón? Una presentación que ha estremecido al país.
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El pasado 29 de marzo, en el imponente Auditorio Telmex, la agrupación originaria de Sinaloa desató la controversia al interpretar el corrido “El Dueño del Palenque” mientras en las pantallas del escenario aparecía la imagen de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, líder del temido Cártel Jalisco Nueva Generación. La escena dejó helados a los presentes y no pasó desapercibida para las autoridades.
Ahora, los seis integrantes del grupo, junto a su representante y promotor, deberán enfrentar la justicia. Cada uno deberá pagar 300 mil pesos de garantía, tienen prohibido salir de Jalisco, salvo para tres presentaciones específicas, y están obligados a firmar semanalmente ante un juzgado. ¡Una caída estrepitosa para un grupo que llenaba escenarios!
Pero el escándalo no termina ahí: la Fiscalía de Jalisco ya abrió cuatro carpetas de investigación adicionales por presentaciones similares en municipios como Tequila y Cihuatlán. En varias ocasiones, incluso proyectaron las letras de narcocorridos mientras tocaban versiones instrumentales, una jugada que para las autoridades, raya en el desafío abierto.
La banda ha respondido asegurando que defienden su derecho a la libertad de expresión, y recientemente obtuvieron un amparo federal que les permite cantar narcocorridos en Michoacán, pese a un decreto que los prohíbe.
Mientras tanto, la polémica sigue encendida: ¿arte o apología del crimen? ¿Tradición o peligro social? Lo cierto es que Los Alegres del Barranco están ahora en el ojo del huracán, y el futuro de su carrera —y del narcocorrido— pende de un hilo.