¿Cómo durmieron el gobernador y los alcaldes metropolitanos la noche del lunes, mientras hombres, mujeres y niños se vieron obligados a dormitar adentro de las unidades del transporte público, acostados en el piso (foto), o al interior de sus automóviles hasta la madrugada de ayer, al quedar varados y atrapados en medio de las aguas anegadas en calles y avenidas, tras las intensas lluvias al sur de la ciudad, concretamente en Tlajomulco?
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¿Qué han pensado estas autoridades al ver -¿lo verán?- cómo derrochan millones de pesos en “enchular” la Minerva, la Plaza de la República, la plaza de la Liberación y otros puntos que consideran la pena bien vale hacerlo para mostrarle la “cara bonita” de la ciudad a los nacionales y extranjeros que llegarán para ver los cuatro partidos de futbol del Mundial 2026, y destinar sólo centavos para atender los grandes y graves problemas de inundaciones que padecen los habitantes de la metrópoli?
¿Qué dicen, qué piensan, qué les mueve al ver las imágenes reproducidas en redes sociales, en video o fotografías, de las personas literalmente con el agua “hasta el cuello”; de madres o padres cargando a sus menores para evitar que se ahoguen; de ver cómo los automóviles prácticamente “desaparecen” debajo del agua; de observar cómo los usuarios del transporte público se ven obligados a bajarse de la unidad para con el agua hasta la cintura caminar hasta donde el nivel sea más bajo; de atestiguar cómo los conductores y/o acompañantes se ven obligados a subir al toldo de su vehículo para no morir en el intento…

Las escenas que circularon ayer de la zona de la avenida Adolfo Horn demostraron, como en muchas otras ocasiones ha sucedido en Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque, cómo las autoridades son rebasadas por una realidad que todos los gobiernos -de todos los sabores y colores- se niegan a aceptar y reconocer, y que dejan en evidencia su incapacidad para resolver, de una vez por todas, las tradicionales inundaciones de cada temporal, pero cada vez más graves y en zonas donde antes no se registraban o eran sólo encharcamientos que no alcanzaban siquiera el nivel de las banquetas.
Las autoridades estatal y municipales podrán argumentar cuantas excusas quieran para “lavarse las manos” y rehuir a su responsabilidad y obligación de velar por la seguridad de sus gobernados y la solución a sus problemas que son su obligación atender y resolver, pero cada partido político ha estado en el poder estatal o municipales el tiempo cuando, por lo menos, arrancar las obras de los grandes colectores y darle continuidad quienes los relevan cada seis o tres años. Valga destacar -salvo que me equivoque- que durante los gobiernos priistas la inundación más recurrente era la de la zona de Plaza del Sol, pero nada o poco hicieron para resolverla de tajo.
Los gobiernos panistas gobernaron Jalisco 18 años y su zona metropolitana otro tanto o algunos años más, pero jamás hicieron ni siquera el intento de prever lo que hoy muchas colonias de la zona metropolitana padecen.
Pero definitivamente quienes se llevan “las palmas” son los gobiernos de Movimiento Ciudadano, no sólo porque el primero de ellos, que encabezó Enrique Alfaro Ramírez, nada hizo cuando fue presidente municipal de Guadalajara y mucho menos durante sus seis años de gobernador, creyendo que con solo culpar en sus redes sociales a los gobiernos que le antecedieron de no tener voluntad para resolver el problema y asegurar que él sí la tendría y resolvería el problema, bastaba para que las aguas “se abrieran” por arte de magia y las inundaciones desaparecieran. En este tema, como en su famosa refundación y nueva Constitución estatal, entre otros, Alfaro fue un verdadero fracaso.

Y hoy el gobierno de Jesús Pablo Lemus Navarro ha decidido gastar el dinero en “enchular” la ciudad para ser un excelente anfitrión y quedar bien con los visitantes, antes que atender y resolver los problemas de los de casa. “Candil de la calle y oscuridad de la casa”, dicen los sabios del pueblo.
O gastar millones de pesos en un viaducto o segundo piso que no resolverá el agudo problema vial de López Mateos, pero que seguramente le dejará “jugosas” ganancias a quién sabe quién -tan común en estos gobiernos “naranjas”-. Ah, y tampoco como alcalde tapatío ni de Zapopan actuó para resolver el problema de las inundaciones.

Puedo decirles que guarden este texto, porque del mismo problema seguiremos hablando el próximo año en pleno Mundial de Futbol, pero, eso sí, presumiendo de una Minerva, una plaza de La Liberación o de La República, entre otros puntos más, muy “enchuladas” para que luzcan sus selfies, el ejercicio favorito de los gobernantes emecistas.
Y si no, al tiempo…
*Columna publicada en: https://marcatextos.com/gobernador-y-alcaldesas-como-durmieron/