A nivel nacional, los naranjas hacen política con las patas; en lo internacional Trump y Biden andan como novilleros, jugándose la vida por la presidencia de Estados Unidos; a Putin, se le muere de gripa (casualmente) su principal opositor…
-¡Querido Juan! Hace muchas semanas que no nos veíamos -exclama Memo-. ¿Cómo te ha ido? ¿Qué platicas? ¿Ya andas en campaña?
-¡No, hombre! ¿Qué voy a andar en esas danzas? En primer lugar, ya no conozco a nadie; luego, en ese mazacote de partidos, ya no se sabe quién con quién. Además, imagínate cómo andaremos para hacer de unos tenis anaranjados el símbolo de una campaña política -responde Juan.
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Memo se ríe y añade- ¡Hacen política con las patas!
-Y luego, esa avalancha de promesas de algunos candidatos que, en el colmo del oportunismo, ofrecen honestidad sin verse la cola. No mi estimado Memo. Están perdidas formas y proporciones. Mejor hablemos de fútbol.
-Ja, ja, pos’ solo que sea del europeo, porque el mexicano está para llorar y del local, ni qué decir; Atlas y Chivas andan por la calle de la amargura -riposta Memo.
-Pues entonces hablemos del Checo Pérez que, aunque peleado con el tal Verstappen, ahí la lleva. A lo mejor esta temporada es campeón porque, lo que es el Canelo, parece que ya va de salida… Ya en serio, ¿cómo ves el mundo? -pregunta Juan.
-Patas pa’rriba: los jovenazos Trump y Biden andan como novilleros, jugándose la vida por la presidencia de Estados Unidos; a Putin, se le muere de gripa (casualmente) su principal opositor; se vive un capítulo más en el conflicto judeo-palestino, que tiene miles de años y ha costado la vida de muchísimos inocentes. En Europa, continúa la guerra en Ucrania y, mientras tanto, la vida sigue -dice Memo.
-Estás muy filoso. Y, respecto a México, ¿qué piensas? -pregunta Juan.
-Mira, veo un presidente cada vez más irritable, seguramente la proximidad de las elecciones y su virtual alejamiento del poder lo enerva y el mote de “narco presidente” lo tiene desquiciado. Además, el ataque sistemático contra las instituciones públicas, en especial al Poder Judicial, me parece de la mayor gravedad. En el tema de las organizaciones criminales, es claro que cada vez toman mayor fuerza y presencia; su intromisión en el proceso electoral daña profundamente la civilidad. La violencia sigue incontenible, el asesinato de tres mujeres a hachazos me tiene fuera de sí. El deterioro del respeto al ejército me preocupa mucho y finalmente…
-Ah… ¿aún hay más? ¡Como si eso no fuera suficiente! -exclama Memo.
-Y ¿qué vamos a hacer? -cuestiona Juan, mesándose los cabellos.
-Pos’ ponernos a trabajar -dice Memo.- Reconocer que nadie va a venir a resolver nuestros problemas. Hay que compartir nuestras reflexiones con amigos, familiares y cercanos, evitando toda crítica negativa. Debemos actuar de buena fe y ser objetivos; tenemos muchas cosas buenas por las cuales vivir.
-No dejemos de soñar. Hagamos un compromiso. La vida tal vez no es como la quisiéramos, pero mejorarla requiere que actuemos solidariamente. ¿Cuántas veces nos quejamos de lo propio sin ver la desgracia del de enfrente? Entre todos, la carga es menos pesada -dice Juan.
-Oye, y Jalisco ¿Qué onda? -inquiere Memo.
-¡La próxima vez te digo! -dice Juan con una risita irónica.
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