• lunes, julio 21, 2025 11:03 am

Proyecto Metropolitano ZMG

Por el bien ciudadano

Claudia Sheinbaum
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Las condiciones y los efectos de las últimas elecciones siguen pasando factura al gobierno federal por su manera de conducir el país. El debilitamiento de los grupos tradicionales del poder político, los efectos externos de un mundo cambiante en los sistemas de la democracia y el ejercicio pragmático de los últimos gobiernos han llevado al país a un punto oscuro, en el que no se visualiza el rumbo.

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Ante una dirigencia nacional desconcertada, que al inicio trató de adecuarse a las exigencias del gobierno norteamericano, para después de manera aparente rebelarse y que en algunos casos parecía aliarse al Partido Demócrata, en la defensa de los inmigrantes, contra los intereses de quienes gobiernan actualmente, nos deja en el desconcierto la ambigüedad de cuál es el criterio que se sigue.

Un gobierno que al integrarse tuvo que echar mano de los personajes con mayor reconocimiento en los temas centrales, como fue la seguridad pública, la diplomacia y la economía. Ellos fueron, el responsable de la seguridad pública en la Ciudad de México con la actual Presidenta como gobernadora, los otros dos se distinguieron por su manejo digno y eficiente en la relación con los otros países y sobre todo con el
gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, tanto en el periodo republicano como el demócrata.

Sin embargo, en el camino dichas decisiones se han ido desdibujando. Al buscar el actual gobierno la aceptación de los distintos grupos de interés, en especial del movimiento político que gobernó en el sexenio anterior, quienes obviamente no están satisfechos en que los reflectores de la sucesión futura alumbren a personajes ajenos a sus liderazgos.

Por decisión o por inercia, se ha propiciado el golpeteo sistemático a los tres personajes, aunque queda la sensación de que se alimenta desde el propio Palacio Nacional.

Lo que en los hechos convierte a la Secretaría de Seguridad Pública en dependiente de la Secretaría de la Defensa Nacional en estrategia y acciones, a partir de la aprobación de la iniciativa que entrega de manera absoluta la Guardia Nacional a los militares.

La corporación que de origen generó inconformidad e inquietud en la sociedad, se convirtió en una pésima señal para quien ha venido soportando la carga de las presiones norteamericanas sobre la delincuencia organizada. Sin dejar de considerar la aberración no sólo jurídica, sino también de los criterios de civilidad de cualquier país democrático.

Otra pésima señal es la ausencia de apoyo y en algunos momentos la sensación de sabotaje a la labor del Secretario de Economía, que en tanto negocia con sus contrapartes en el gobierno vecino, la Presidenta con sus declaraciones genera irritación en la contraparte, frenando cualquier posibilidad de acuerdo en el proceso.

Secretario de Economía, Marcelo Ebrard

Tampoco ayuda Palacio Nacional con acuerdos con funcionarios de tercer nivel de la Secretaría de Relaciones Exteriores, pasando por encima del Canciller. Señales obviamente registradas por quienes negocian con el gobierno mexicano.

Todo pareciera indicar que las decisiones que se toman en el Gobierno Federal llevan carga de contenido emocional y de capricho, sin importar el probable daño al esfuerzo y trabajo del propio gobierno y del país.


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Andres Gomez Rosales

por Andrés Gómez

Abogado, profesor, asesor de comunicación y de seguridad pública, así como columnista de diversos medios impresos y digitales.

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