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Indios de México asignatura pendiente

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El 12 de octubre de 1521, es decir hace 531 años, en las aguas del mar Caribe se avistaron por primera vez los navíos que trajeron a América a los pobladores de otro continente.

Para muchos escritores con este hecho da comienzo el encuentro entre dos mundos, entre dos formas de vida y de pensamiento.

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Pero igual, para otros, con este acontecimiento inicia una narrativa en la que se enumeran los múltiples estragos sufridos por los habitantes de estos linderos, que de manera continua se perpetuaron por siglos y siglos.

No obstante, el encubrimiento solapado por los historiadores oficiales y escritores oficiosos, que negaban y siguen negando dicha realidad, muchos de esos quebrantos en los tiempos que vivimos, siguen vigentes y se asoman en cada esquina en cada rincón de las ciudades con los harapos de su historia y de su cultura.

Población indígena

Hasta el cansancio se ha dicho que México es un país pluricultural, dónde se hablan 69 lenguas incluyendo el español, y en donde conviven “de acuerdo al Censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más de 23.2 millones de personas que se auto adscriben como indígenas (el 19.4% de la población total); de éstas 25.6%, tienen entre 15 y 29 años; es decir es población joven”.

Sin embargo, las políticas públicas federales y en consecuencia sus decisiones hacendarias, no contemplan presupuestos acordes a las necesidades de los municipios que sobrellevan la carga de los pueblos gran población indígena.

Obras

El actual régimen ha llevado a cabo una diversa aplicación del presupuesto federal, por primera vez en la historia de nuestro país.

Los Estados del sureste mexicano se han visto beneficiados con la aplicación presupuestal en sus necesidades de desarrollo, se han destinado grandes cantidades de recursos económicos para alentar el crecimiento y el fomento de los renglones afines a sus características poblacionales.

Se ha invertido una enorme parte del presupuesto federal al incremento de su desarrollo y progreso, como la construcción del tren “interoceánico” entre otras cosas, que unirá los puertos de Salina Cruz en el Estado de Oaxaca y el de Coatzacoalcos en Veracruz.

Igualmente se invierte un gran porcentaje de dicho presupuesto en la apertura del tren Maya que será un tren que prestará tres tipos de servicios: pasajeros, turístico y de carga.

Contará con 20 estaciones y unirá diversos pueblos que se encuentran en Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y quintana Roo.

Tren Maya perjudicial

El proyecto del tren según los pobladores de la zona Maya, no es bien recibido por ellos, pues afecta su entorno y sus tradicionales formas de vida, ya que también altera su hábitat y el de las especies animales que ahí moran.

En un documento que le ha sido enviado al presidente se pueden leer algunos de los destrozos que la construcción de dicho tren acarreará a los pueblos de la región, pues amenaza el ya de por sí asolado territorio por las plantaciones industriales de palma y aceite, de soja, los incendios forestales, la tala ilegal, el tráfico ilegal de especies animales y vegetales.

“El tren Maya no tiene nada de Maya ni beneficia a la población maya, no queremos un Cancún o Rivera Maya donde las cadenas hoteleras, de transporte, de restaurantes, son los únicos beneficiados.”

“Que se evite el paso del tren Maya por la reserva de la biosfera y territorios indígenas. La construcción del tren Maya generará inevitablemente ruido, contaminación, se abrirán nuevos centros de Población para la obra y para fines turísticos”.

Postura de expertos

En el mismo sentido diversos expertos y expertas de la ONU reiteraron su preocupación mediante un comunicado de prensa emitido el pasado 7 de diciembre de 2022.

“En el comunicado, manifiestan que el megaproyecto del gobierno denominado Tren Maya, que contempla el tendido de mil 500 kilómetros de vías de ferrocarril a lo largo de la península de Yucatán, representa un peligro para “los derechos de los pueblos y comunidades indígenas a la tierra y los recursos naturales, los derechos culturales y el derecho a un medio ambiente sano y sostenible”.

Así mismo, el tema del Tren Maya ha movido a varias organizaciones civiles en defensa de la opinión de los habitantes de la región indicada para la construcción del citado tren.

“El Estado mexicano no puede eludir acuerdos y tratados internacionales de respeto a los derechos humanos y protección al medio ambiente”.

Fernanda Hopenhaym, presidenta del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos, afirmó:

“Esta decisión no sólo tiene el potencial de permitir que los abusos de los derechos humanos sigan sin ser abordados, sino que además socava el propósito del proyecto de llevar un desarrollo social y económico inclusivo y sostenible a los cinco estados mexicanos involucrados”.

Los años, los siglos pasaron, pero el pueblo maya al igual que el tzotzil, o el rarámuri o el wirrárika llevan en su alma los dictados de la naturaleza, quizá en un largo período de tiempo, mientras la “civilización” occidental no los contamine ellos seguirán viviendo en su mundo, en sus signos, en sus costumbres.

“Todo lo que se encuentra en este mundo tiene alma, todo está vivo y siempre tiene un dueño que cuida del entorno y su orden. Tienen alma el agua, las plantas, los animales y también el aire, las piedras, el fuego, la montaña, la tierra y todo aquello que se encuentra en torno al hombre; todos tienen un espíritu y un dueño que cuida de ellos”. (Martínez, 2012, citado en Zolla, et al, 2022: 305).


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Jesus Rodriguez Gurrola

por Jesus Rodríguez Gurrola

Doctor en Letras Románicas en a Universidad Paul Valery de Montpellier, Francia. Profesor huésped de la Universidad de Varsovia, Polonia y de la Universidad de Hamburgo, Alemania Federal. Profesor emérito de la Universidad de Guadalalajara. Columnista durante 28 años de El Occidental.

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