En sus primeros cuatro años de gobierno, Enrique Alfaro Ramírez acudió al recinto legislativo del Congreso del Estado a rendir su informe anual, pero en los dos últimos le apostó al histrionismo y decidió rendir el quinto en la Expo Guadalajara y el sexto y último en un peculiar lugar que muchos consideraron ex profeso con su carácter: el palenque del auditorio “Benito Juárez”, donde ofreció su máxima “actuación” hincado, derramando algunas lágrimas y acompañado, como escenografía, de aquel “banquito” que cargó en campaña.
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Mañana jueves el gobernador Jesús Pablo Lemus Navarro rendirá su informe de gobierno de un primer año lleno de claroscuros -más oscuros que claros-, y aunque hasta ayer por la noche no estaba confirmado oficialmente si acudiría o no a entregarlo y a rendirlo ante los diputados, representantes populares, en el recinto del Congreso del Estado, se supo que decidió no acudir bajo el argumento de que la sesión solemne del Legislativo coincide con el evento que sobre el mismo tema tiene programado en el Instituto Cultural Cabañas donde estará rodeado únicamente de los suyos y en el que, por supuesto, recibirá solamente porras, aplausos, vítores y nada de críticas, reclamos o reproches, por parte de los diputados de oposición, que lo incomoden y pongan en evidencia los negativos de sus primeros once meses en Palacio de Gobierno.
El lunes, la diputada coordinadora de la fracción parlamentaria del PAN, Claudia Murguía Torres, le envió el mensaje -a través de una rueda de prensa- de que acudiera a rendir su informe al Congreso del Estado: “Invitamos al gobernador a que venga a este Congreso donde juró cumplir y hacer cumplir la ley”, y donde tendrá oportunidad de “explicar sus resultados, escuchar críticas constructivas…”. Y fue secundada por su dirigente estatal, Juan Pablo Colín Aguilar: “La transparencia no se demuestra con eventos cerrados o discursos controlados, sino rindiendo cuentas de frente…”.
Ayer, la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), a través de su diputada presidenta, Refugio “Cuquis” Camarena, también le extendió al gobernador Lemus Navarro la invitación a presentarse ante el Pleno del Congreso y rendir su informe de gobierno, invitación que, como la de los panistas, quedará en el aire ante la decisión del Ejecutivo de rechazarlas e irse a su propia “fiesta” en donde se reservó su derecho de admisión.
Y es que no quiere exponerse, entre otras cosas, a que le recriminen de frente que según su calendario ¿cuándo se cumplen los 45 días para “pacificar” Teocaltiche, por ejemplo?
Lemus Navarro sabe que no corre con la misma suerte que su antecesor Enrique Alfaro, quien durante las dos pasadas Legislaturas no sólo contaba con su bancada mayoritaria, sino que tenía a la oposición “en la bolsa”, una oposición que nunca se atrevió a “levantarle” la voz.
Hoy Jesús Pablo no sólo no tiene una mayoría sólida y eficaz en el Legislativo, sino que ahora la oposición mayoritaria ha cerrado filas para cumplir su papel y no servir de comparsa al oficialismo, salvo la fracción del Verde Ecologista.
Así, pues, mucha demagogia en el discurso oficial, mucha frivolidad en las acciones. Y la “huida”, como la mejor salida para no exponerse, para evitar, la crítica de sus opositores, muy… ¡al estilo Jalisco!
*Columna publicada en: Informe de gobierno: Lemus huye a los diputados*