Con una puntería escalofriante, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro cumplió su cita de cada mes en marzo de 2024, para dar a conocer sus consabidos “otros datos” en materia de seguridad y presumir que el mes de febrero, fue el más bajo en incidencia criminal en los últimos seis años en el estado.
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Ni él ni sus “asesores”, repararon que un par de semanas atrás, en Tlaquepaque, el 19 de febrero, siete personas perdieron la vida en un multihomicidio. Cinco de ellos eran menores de edad.
El domingo 3 de noviembre pasado, el activista Abraham Alejandro Gobel, presidente de la Asociación de Talleres para las Emisiones y Reparaciones Vehiculares, es asesinado en extrañas circunstancias en Tlaquepaque ya que fue citado por una pareja para una supuesta compra de una motocicleta, pero al lugar llegaron otros dos en una moto y le dieron cuatro balazos.
Un día después, el gobernador Enrique Alfaro da cuenta de su sexto informe en materia de seguridad, donde una vez más refiere que la inseguridad bajó en 63.2 por ciento y los homicidios en 30 por ciento.
Hoy Jalisco es más seguro que en 2018 aseguró el mandatario y una vez más se refirió a la famosa “media nacional”, donde según sus estadísticas, el estado se mantuvo por debajo de la misma durante su gobierno.
Pero en la danza de cifras, la referencia implacable siempre es para el gobierno que encabezó Aristóteles Sandoval, un personaje que no puede defender su gestión, entre otras cosas porque fue asesinado el 18 de diciembre de 2020 en Puerto Vallarta, ya durante el sexenio de Alfaro.
En esta vitrina, se menciona que en el último año de Aristóteles, en 2018, se cometían mensualmente 5 mil 561 delitos, lo que equivale a 185 diarios; en cambio en 2024 el promedio mensual es de 2 mil 45, lo que representa 68 delitos cada día.
En total, de acuerdo con el gobernador, Jalisco pasó de estar en 2018 en el lugar número 12 en incidencia delictiva al sitio 19 en 2024, porque mientras a nivel nacional se redujo el delito en 39.3 por ciento, en el estado bajó en 63.2 por ciento.
La curiosa estadística del gobierno estatal, sacude muy fácilmente las cifras relacionados con los delitos de alto impacto asociados al crimen organizado, al endilgarlos a la esfera de competencia federal.
Sin embargo, es en Jalisco donde nació, creció y desde donde se expandió a todo el país el cártel más poderoso; es aquí donde un municipio no pudo celebrar elecciones por la inseguridad; donde fueron asesinados candidatos y donde hubo numerosas denuncias de amenazas, presiones e intervención de la delincuencia organizada en el pasado proceso electoral.
En su mensaje con motivo del informe de seguridad, Alfaro desecha las críticas hacia su trato a colectivos de familiares de desaparecidos, pues asegura que sí estuvo cerca de ellos, pero que no lo difundió en los medios de comunicación.
Pero la estadística una vez más muestra los otros datos. La página estatal de información para las víctimas de desapariciones, abre con los 17 mil encontrados y no con los no localizados, que admite que fueron unos 9 mil en su gobierno, lo que equivale a un promedio de 125 mensuales.
Una vez más saca el látigo al mencionar que se reunió con agrupaciones serias y no con líderes que luego aparecieron como candidatos; solo que olvida que Movimiento Ciudadano reclutó en su momento a numerosos activistas que hoy forman parte del gobierno.
Y la puntería de nuevo fue certera. Abraham Gobel, el activista que este domingo fue asesinado de cuatro balazos y quien enarbolara la lucha en contra de la verificación vehicular, efectivamente terminó enrolado en las filas de Morena.
Más eso no puede desacreditar a un luchador social y sus ideales. Sería tanto como cuestionar que un político dejara el PRI, para enrolarse en un segundo y hasta en un tercer partido, para conseguir su sueño de servir a Jalisco.
(Lo invito a que me lea, escuche y vea en www.paraleloveinte.com).
*Columna publicada en: https://www.milenio.com/opinion/carlos-martinez-macias/sin-pedir-audiencia/jalisco-mas-seguro-que-nunca