Sin duda, el mejor instrumento de comunicación política del gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador es La Mañanera.
No solo eso, es un ejercicio legítimo y legal que pone en marcha el Ejecutivo federal para abordar, con mayor o menor profundidad, diversos asuntos y problemas de la vida nacional de cara a la sociedad.
Bajo ninguna lógica podemos afirmar que La Mañanera sea una mordaza o camisa de fuerza para los diferentes poderes de la República, los medios de comunicación, el sector empresarial, las organizaciones de la sociedad civil, las Iglesias y los partidos políticos.
Por el contrario, no bien termina La Mañaneara cuando desde varias trincheras comienzan las críticas, los señalamientos, los desmentidos desde muchos sectores de la sociedad.
Desde el 3 de diciembre de 2018 hasta el 15 de marzo de 2023, se han realizado mil 76 conferencias mañaneras en Palacio Nacional, además de 94 ocasiones llevadas a cabo fuera de la capital del país.
Son varios miles de reporteros quienes han asistido a La Mañanera enviados por casi dos mil medios de comunicación mexicanos y extranjeros.
Incluso, en algunas ocasiones el presidente se ha enfrascado en un abierto debate con algunos periodistas al frente del mismo escenario matutino.
La Mañanera contrarresta
Por otro lado, según la información oficial, La Mañanera no cuentan con una partida presupuestal especial.
La presidencia de la República ha renunciado a las ocho columnas como medio para informar de lo realizado por el gobierno.
Conferencia de prensa matutina, desde Palacio Nacional https://t.co/XqpwagfK5Y
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) April 12, 2023
En consecuencia, La Mañanera es el espacio que ha encontrado López Obrador para contrarrestar las opiniones y críticas de la oposición distribuidas por decenas de medios de comunicación, apalancados muchos de ellos por los recursos de potentados aún molestos por haber sido despojados en 2018 del poder, y ver visto cancelado el uso patrimonialista que hacían de los recursos públicos.
A la luz de los contenidos facciosos, manipulados, racistas y clasistas de algunos medios de comunicación en México, La Mañanera se significa como el parapeto desde el cual enfrenta los embates de la oposición.
El gobierno de la Cuarta Transformación se encuentra en pleno derecho para hacer uso de su libertad de comunicación y así lo ejerce todas las mañanas.
Todo ello, no implica, en ninguna circunstancia, que dejemos de reconocer los errores y excesos que se verbalizan matinalmente. Frente a esa realidad, se impone mejorar y transparentar el ejercicio informativo mañanero, jamás pedir que se cancele.
La oposición sigue sin encontrar la fórmula para evitar que el presidente a través de La Mañanera siga marcando la agenda política cotidiana, y con ello, consiga que la reacción opositora vaya en el cabús del ferrocarril político de México.
Ahora, los “defensores de la libertad de expresión” comienzan a exigir desde espacios empresariales y académicos apuntalados por medios de comunicación que se suspenda La Mañaneara.
Primero, quisieron tener la suya, se dieron cuenta que no contaban con la capacidad para ello, y ahora pretender presionar para que López Obrador cancele su ejercicio mañanero.
No le den más vueltas. La mañanera va.
Profesor del Tec de Monterrey
@contodoytriques