• miércoles, septiembre 18, 2024 7:11 pm

Proyecto Metropolitano ZMG

Por el bien ciudadano

musica medicina
Comparte si te ha gustado

La medicina del alma y el nootrópico por excelencia

¿Quién no ha disfrutado de una melodía y ha quedado cautivado por su belleza?

¿Recuerdas cuando eras niño, escuchabas alguna canción y hacías un solo de guitarra de forma épica?

O tocabas la batería, el violín, la trompeta, eras el vocalista, el director de la orquesta o ¡todo en conjunto!  Sentías euforia, un mar de emociones, adquirías energía, te ponía de buen humor, entre muchísimas más cosas.

Sin embargo, es muy diferente escuchar música a interpretarla por medio de un instrumento musical. La primera es muy flexible pues, los músicos como el espectador lo hacen, la segunda es actividad exclusiva de los músicos,

Tocar un instrumento musical requiere de práctica disciplinada y estructurada, motricidad fina, combinada con la precisión lingüística y matemática que conllevan fortalecer las funciones cerebrales, ya que activa todo el cerebro a la vez, específicamente las cortezas visuales, auditivas y motrices.

Esto permite a los músicos resolver problemas de forma eficaz y creativa en contextos académicos y sociales, pues, hacer o interpretar música requiere elaborar y comprender mensajes y contenido emocional implicados en las partituras.

Testimonios

A continuación, me permito exponer un par de testimonios de músicos con los que he tenido la dicha de compartir atril y escenario

“Cuando ingresé a la orquesta, comencé en la sección de coro; antes de la orquesta, estuve en clases particulares de guitarra, pero no es lo mismo, estar en grupo cambia mucho la forma en la que aprendes y convives con las personas en tu entorno.

Al inicio, me causaban confusión los ejercicios vocales que realizaban debido a que me parecían bastante raros.

Por mi timidez, me daba pánico escénico, conforme fue pasando el tiempo, fui aprendiendo y mejorando diversas habilidades técnico-artísticas, como el control de mi voz; así como sociales y personales, relacionándome con facilidad con otras personas y notando que mi capacidad de concentración y confianza en mi misma mejoraron notablemente.

Esto fue posible gracias al apoyo de mis profesores y compañeros de coro que dejaron en mi, un cambio significativo en mi vida.”

Yunuen Torres, coro y flauta

“Al inicio, tenía nulo interés ya que mi introducción a la música fue forzosa. No porque no me gustara, pero fue obligatorio, y no me agradaba la idea de hacerlo de forma ineludible.

Después de un año, sentía amor/odio a tocar un instrumento porque me sentía frustrada, no veía avance y me casé con la idea de que no había nacido para tocar un instrumento.

En mi opinión, la música y el arte en general necesitan compromiso, disciplina, constancia y mucha, pero mucha paciencia y uno comete el error de querer ver resultados inmediatos.

En meses de constante estudio y de la mano del profesor Ernesto Pérez Corona quién recalcaba todo el tiempo: “Más valen cinco minutos en los que te quemes las pestañas estudiando, que dos horas tocando por tocar.”

Comencé a disfrutarlo, a enfocarme más y a tomarle cariño, comencé a hacerlo con pasión; conecté conmigo misma, mejoré académicamente; era complicado expresar mis emociones, así que usé la música como catarsis, como una salida a mis problemas, al tocar mi instrumento, liberaba muchos sentimientos reprimidos como el estrés, enojo o tristeza.

Al día de hoy puedo decir que es una de las mejores experiencias que he experimentado.”

Fátima Fernández, violín.

Te recomendamos:

Nueva propuesta de reforma migratoria: “Ley de Dignidad 2023”

“Comencé en la música a los 14 años de edad, me llamó la atención porque mi cuñado es músico, me gustaba escucharlo tocar y pensé, ¿Por qué no? Me regalaron mi primer trombón y mi mamá me llevó a una orquesta.

Una vez ahí, me sentí acogido y protegido por una familia, era un hogar, un lugar seguro que encontré gracias a la música, que hasta la fecha, sigue siendo así día con día.

La música me transmite tantas cosas inefables, emociones como adrenalina, poder por lo que puedo ser capaz de hacer tocando un instrumento.

Ser músico es una responsabilidad muy grande, llena de disciplina y muchos valores pues, si no eres buena persona no puedes ser un buen músico.”

Javier Alcalá, trombón.

Con base en los anteriores testimonios, podemos comprender que tocar un instrumento trae consigo múltiples beneficios.

Además de mejorar tu concentración, tu comprensión, audición, entre otras, disfrutas de la música con muchísima más pasión y te da la oportunidad de conocer más gente, compartir con ellos y vivir muchas experiencias y disfrutar de la vida.

Y como alguna vez dijo P. I. Tchaikovsky “..si no fuese por la música, habría más razones para volverse loco.

Tchaikovsky

Comparte si te ha gustado
angela monserrat lopez

por Ángela Monserrat López García

Yo solo sé que no sé nada…Estudiante de Derecho, criminalista frustrada, amante del arte en constante búsqueda de conocimiento, procurando ser útil para la sociedad.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *