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La Navidad: El Camino hacia el Amor Verdadero

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porRedacción

Dic 24, 2025 #Amor, #Navidad, #regalos
La Navidad: El Camino hacia el Amor Verdadero
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Más allá de las luces y los regalos, la Navidad nos invita a reflexionar sobre la humildad y la importancia de reconocer una autoridad superior para alcanzar la plenitud.

La Navidad suele asociarse inmediatamente con el sentimiento del amor. Sin embargo, antes de llegar a esa conclusión, existe un trasfondo filosófico profundo que merece ser explorado: ¿Por qué la Natividad valida el principio aristotélico de que el buen ciudadano es quien sabe cuándo mandar y cuándo obedecer?1

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La respuesta reside en un acto fundamental que permitió que la historia cambiara para siempre: la obediencia por fe.

La autoridad que nace de la humildad

El misterio de la Navidad no habría sido posible sin la aceptación de una autoridad divina sobre la humana. Podemos observar este principio en tres pilares fundamentales:

  • San José: Al reconocer la autoridad de Dios en sus sueños, aceptó la responsabilidad de proteger a la Virgen y al Niño. De haber impuesto su criterio humano ante una situación incomprensible, el desenlace habría sido trágico. Su obediencia le otorgó la autoridad de Pater Putativus.
  • La Virgen María: Su “Sí” no fue una imposición, sino un acto de libertad y fe. Al aceptar su llamado, su obediencia la elevó a su futura autoridad como Reina de lo Creado.
  • Jesucristo: El Evangelio de Juan nos recuerda que Él siempre ha existido, y aun así, aceptó la voluntad del Padre para encarnarse y compartir nuestra naturaleza humana. Es la muestra de la obediencia perfecta.

De la obediencia al axioma político

Desde una perspectiva filosófica, es fascinante notar cómo la Sagrada Familia cumple el axioma de Aristóteles. Recibieron la autoridad que el Padre les tenía preparada precisamente porque supieron obedecer primero.2 En este sentido, la Navidad es una celebración que existe gracias a la obediencia.3

A diferencia de la rebeldía que a veces marca nuestra naturaleza, el ejemplo de Jesús nos invita a reconocer su autoridad como el único camino de salvación, decidiendo caminar por una senda de amor.

El Amor: El destino final de la entrega

Si quien ama “todo lo cree y todo lo soporta”, entonces la humildad de la Sagrada Familia es la expresión más pura del amor. Por ello, debemos rescatar el verdadero sentido de estas fechas:

  1. Priorizar la intención: Ni la cena ni los regalos deben ser el centro. La verdadera razón de celebrar es el amor hacia nuestros semejantes.4
  2. Dar para recibir: El amor se conoce por lo que ofrece, no por lo que exige. Así como la Sagrada Familia se ofreció para la salvación, nosotros debemos entregarnos para testimoniar el amor verdadero a las nuevas generaciones.

“Quien sabe recibir amor es porque ha aprendido primero a darlo.”

Conclusión

En síntesis, la Navidad debe ser una celebración de entrega humilde.5 Al final del día, la reflexión nos lleva a una verdad absoluta: la obediencia y la humildad son las llaves que abren la puerta al único camino posible: el Amor.

*Texto: Dr. Silviano de Jesús De Anda Ibarra, Profesor de Filosofía de la UAG


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