En días pasados tuve, nuevamente, la oportunidad de reafirmar que la seguridad pública no solo
debe ser implementada por la policía y las diferentes autoridades relacionadas con la generación de estrategias y/o políticas públicas.
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Para obtener un mejor resultado en el resultado del día a día, ya sea en una cuadra, en una
manzana o en un conjunto habitacional completo, el individuo por si mismo debe poner de
su parte, y ya en conjunto, con los demás individuos con los que interactúa.
Independientemente de la dinámica de grupo que desarrollen, deben estar conscientes de que su omisión o no, en su actuar a corto, mediano o largo plazo, tiene repercusiones que con el tiempo se llega a “normalizar”.
Y a la larga nadie se llega a hacer responsable y los más fácil al final siempre se reparten culpas, sin nadie
responsabilizarse del rol de cada uno en la dinámica social.
Todo lo anterior viene como contexto a una imagen, la que ves en la portada de esta nota, de algo que día con día se puede ver en cualquier parte de la ciudad, donde podemos ver que el inadecuado servicio de recolección de basura más la inconsciencia de la gente a la redonda.
Esa imagen, vuelvo a repetir, se ve tan “normal” que al final nadie se responsabiliza y es más fácil echar culpas, en lugar de actuar.
Aunque los “demás”, aún haciendo algo para el bien común, lo vean como si quien lo hace lo hiciera por quedar bien con alguien o por figurar, sin ponerse a razonar mejor en que se va a evitar algún problema de salud pública por zoonosis, por ejemplo, o para que la misma colonia no pierda plusvalía, más bien
deberían de pensar que alguien debe empezar por hacer algo, sin ponerse a pensar necesariamente
“a quién le toca hacerlo”.