Luego de la “tunda” que le recetaron dos jóvenes diputadas desde la tribuna legislativa durante el posicionamiento de las fracciones parlamentarias -lo que no se atrevieron a hacer los oradores experimentados-, el exgobernador Enrique Alfaro Ramírez entregó el cargo con una “fría” despedida de su sucesor, Jesús Pablo Lemus Navarro, quien contra lo que no pocos esperaban no se deshizo en elogios ni mayores reconocimientos a su predecedor quien, por otro lado, no pudo ocultar su enojo y molestia -hasta en el modo de sentarse en el sillón- cada vez que su sucesor hablaba en su discurso de trabajar, coordinarse, colaborar y no enfrentarse con el gobierno federal, y cada vez que se ponía “a los pies” de la presidente Claudia Sheinbaum Pardo.
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Lo que sucedió en el recinto legislativo esa mañana del pasado viernes, fue una despedida que nunca se imaginó Alfaro Ramírez, quien “montó” un escenario ficticio al salir de Palacio de Gobierno con rumbo al Congreso del Estado, en medio de una valla de “ciudadanos” que le aplaudían a su paso, creyendo que dejaba el poder como el mejor gobernador que ha tenido Jalisco. Craso error. No sabía lo que le esperaba en el recinto legislativo.
Pero ahí, frente al propio Enrique Alfaro, legisladores e invitados especiales, Lemus Navarro se convirtió- en un “encantador de serpientes” con un discurso “empalagoso” hacia la presidente Sheinbaum Pardo, casi “amoroso” con los legisladores de oposición, ofreciéndoles respeto y la voluntad de trabajar juntos, y llamando a la concordia entre los jaliscienses; convocó al diálogo, al entendimiento y a los acuerdos, sabedor del clima de enfrentamiento que le heredaban.
Así como hace seis años Enrique Alfaro prometió “el cielo y las estrellas” a “tirios y troyanos” y “refundar” Jalisco hasta con una nueva Constitución, así Lemus Navarro también volvió a ofrecer “el cielo y las estrellas”, aunque sin prometer una de esas “locuras del Emperador”.
Jesús Pablo, sin embargo, debió de haber sentido el “vacío” que le hizo el gobierno federal al enviar de última hora al secretario del Trabajo Marath Bolaños López, quien por cierto llegó tarde, como su representante, cuando días antes la propia secretaria de Gobernación, Icela Rodríguez, le había confirmado que ella asistiría en representación de la presidente de la República.
Lo mismo hicieron los coordinadores de las cámaras de Diputados y Senadores, Ricardo Monreal Ávila y Adán Augusto López, quienes ya habían confirmado una representación personal que se sintiera que estaban ellos presentes, pero también la cancelaron. De última hora, en el Senado se nombró representante a Luis Donaldo Colosio Riojas, sabedores de que asistiría en su calidad de senador emecista.
El vacío
¿Cuál fue la razón de ese “vacío” del gobierno federal a Lemus Navarro? El discurso que en vísperas hizo el exdirigente de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Rannauro, durante el relevo en la dirigencia nacional de su partido, al comparar a Morena con los movimientos de Adolfo Hitler y Hugo Chávez. Sí, el propio dueño de MC boicoteó a su nuevo gobernador.
Con ese “vacío” que le hizo en su toma de protesta, Lemus Navarro habrá confirmado, una vez más, que el gobierno federal no le perdonará ni dejará pasar nada a la oposición y que quienes pagarán los “platos rotos” serán sus gobiernos.
Y vaya que Jesús Pablo advirtió en su momento cómo se conducirán desde Palacio Nacional, pues vio que la presidente Sheinbaum -como en su momento lo hizo Andrés Manuel López Obrador- dejó “plantado” a Enrique Alfaro con todo y su Línea 4, la cual nunca vinieron a conocer. Y, además sufrió el desdén y menosprecio federal al no ser recibido como gobernador electo.
Ahora podemos entender por qué ese discurso “enmelcochado” de Lemus hacia Sheinbaum durante su toma de protesta. Sin duda que se andará con cuidado, si no quiere ser ignorado desde la Ciudad de México como sucedió en la ceremonia de su toma de protesta.
Y creo que ni con ese tipo de discursos se convertirá en el gobernador “favorito” de la presidenta si no lo concreta en hechos. Por ejemplo, habrá que ver qué dice el gobierno federal a su anuncio de que no entregará los sistemas de Educación y de Salud a la federación.
Durante su toma de posición y los días siguientes del fin de semana, Lemus Navarro no sólo quiso con su discurso y sus acciones contrastar con los seis años de gobierno de Enrique Alfaro, sino parece urgido de que se le deslinde de cualquier posibilidad o sospecha de continuidad, pues además de subrayar insistentemente que su gobierno no será de confrontación, inmediatamente “tomó cartas” en un asunto que su antecesor ignoró y menospreció: el de las desapariciones y los familiares de los desaparecidos.
Sin embargo, por otro lado, Jesús Pablo Lemus tendrá que atender de manera urgente un problema que pudiera crecer si no lo hace con tino: la conformación de la estructura de gobierno, porque al interior de las dependencias advierten una desorganización de los nuevos titulares por desconocimiento o inexperiencia, así como la necesidad de recontratar con carácter de urgente al personal operativo, porque no tienen con quién suplirlo.
Pero esto apenas inicia. Habrá que darle tiempo de que se acomode en su sillón del despacho principal de Palacio de Gobierno, porque el tiempo corre, es implacable y no respeta.