Los servicios públicos son un dolor de cabeza, hoy como cualquier otro día, tomar el transporte público fue todo un reto y es que verdaderamente treparse a un camión es un desafío de supervivencia para quienes pertenecemos a la clase trabajadora.
Dicho transporte en hora pico puede demorar hasta 40 minutos dada la escasa cantidad de camiones, los cuales, con capacidad llena imposibilitan a la mayoría de los transeúntes tomar su pasaje en tiempo.
Por otra parte, el agarrar un camión en días feriados o en horas despejadas asimila otro problema, pues el tiempo de espera es casi tan largo como en horas pico.
La situación se torna molesta y obliga a uno a cuestionarse ¿Por qué existen tan pocos camiones si somos tantos los que lo usan? y ¿Por qué solo escogen altos horarios de concurrencia para dispersarse con continuidad?
La respuesta no es complicada, simplemente son negocios, los negocios buscan generar utilidades, el problema es que no deberíamos tratarlo como una empresa, si no de un servicio público que por derecho debe cubrir las necesidades de la población.
Resulta preocupante que cada vez sea más común tanto para las empresas, e inclusive el mismo gobierno, lucrar con los requerimientos básicos de los individuos.
El transporte es uno de los tantos ejemplos que existen sobre los entes públicos que lucran con las personas, el permitir a la iniciativa privada tanto acaparamiento en el estado ha convertido que incluso tener acceso al transporte colectivo sea un privilegio.
Este es el vídeo en el cual murió atropellada una mujer en el cruce de las avenidas Juan Gil Preciado y Base Aérea en el municipio de Zapopan. Es la sexta víctima del transporte público en lo que va del año en la Zona Metropolitana de Guadalajara. pic.twitter.com/60aw4Kx4Us
— Juan Carlos Munguía (@JCMunguiaA92) March 3, 2023
Pues a pesar de ser un servicio privatizado, es un recurso de movilidad pública, el estado debe fungir como regulador que garantice la calidad y dignidad a los transeúntes.
Recordemos que los servicios públicos no son negocios, son necesidades y lo mismo se aprecia en otras instancias públicas como la educación, la salud, e inclusive la seguridad, los cuales al no ser eficaces han significado un gasto para la comunidad cívica.
Según el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco el 62% de las personas no confía en la eficiencia de la policía estatal, y el incremento de empresas de seguridad privada ha aumentado en un 19% entre el 2015 y 2019.
De Acuerdo al periódico Expansión hacia el año 2020 el gasto de bolsillo de las familias mexicanas en salud ha llegado a ocupar hasta el 40% de sus ingresos debido a la deficiencias y escasez de recursos en el sector salud. (Expansión, 2022).
Es entendible que los gobiernos no puedan abarcar todos los espacios y por ello se apoyen de organizaciones de iniciativa privada para sacar adelante las demandas de la metrópolis-
Pero es necesario recordarles que el papel de las empresas y las organizaciones públicas no es lucrar, si no proveer de manera eficiente las prestaciones.
Si los servicios, no cumplen con las expectativas, esto genera un costo más alto para la ciudadanía, quienes pagan impuestos y además contratan los mismo servicios por fuera.
Hacerlo público no es pedir expropiación de servicios pertenecientes a licitaciones o empresas, es resignificar el concepto de lo que servicio público significa, que es accesible, eficiente y universal.
Hacerlo público es recordar que la idea de derivar responsabilidades a la iniciativa privada no es para hacer negocio, si no para cumplir con las necesidades de los ciudadanos y sus familias.
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