La Navidad se acerca y, con ella, las listas interminables de juguetes costosos y anuncios brillantes. Como padres, a menudo hacemos malabares para cumplir cada deseo de la lista, pero cabe preguntarnos: ¿estamos regalando afecto o simplemente siguiendo una moda?
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El regalo como símbolo, no como mercancía Un regalo es, en esencia, una muestra material de amor. No es una transacción; su valor no está en el precio, sino en su capacidad de generar bienestar, resolver una necesidad o fomentar la creatividad.
¿Qué estamos enseñando al regalar? En un mundo dominado por la inmediatez de “un clic”, estamos perdiendo la capacidad de observar a nuestros hijos. Antes de comprar, reflexiona:
- ¿Este objeto fomenta su desarrollo o es solo un capricho pasajero?
- ¿Le ayuda a compartir con otros o lo aísla?
El secreto está en la intención El proceso de regalar empieza mucho antes de entregar el paquete. Si los niños crecen en un ambiente donde se valora el esfuerzo y la generosidad, aprenderán que el mejor regalo no es el más grande, sino aquel que tiene un significado real en sus vidas.
*Texto de: Dra. Beatriz Adriana Corona Figueroa, con aportaciones de José Carlos Noya Suárez, académicos de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
