• viernes, abril 11, 2025 11:39 am

Proyecto Metropolitano ZMG

Por el bien ciudadano

Comparte si te ha gustado

La política arancelaria impuesta por Donald Trump a decenas de países con énfasis en China, no debemos leerla únicamente como guerra comercial para hacerse del mayor control y beneficios económicos del planeta, sino con una visión más amplia que incluye el control geopolítico del mundo y también el lograr la mayor cantidad de ganancia para los dueños especuladores del gran capital que juega en las bolsas globales y que acompañan a Trump en su aventura presidencial.

Te recomendamos:

El camino de JaliscoEl camino de Jalisco

La jugada de Donald Trump fue de al menos tres bandas: el control comercial, el dominio geopolítico y las ganancias particulares de los dueños de amplias fortunas allegados al presidente.

En cuanto a las ganancias obtenidas por los potentados beneficiados por el jefe de la Oficina Oval, han comenzado a salir algunas líneas que nos permiten conocer el entramado detrás del tinglado bursátil.

La lucha arancelaria fue la fachada de la estrategia bursátil para obtener grandes ganancias.
Primer acto: el presidente Donald Trump anuncia aranceles por doquier, nadie se salva de ellos, muchos países reaccionan en la misma dirección.

Segundo acto: las bolsas de valores en el mundo se desmoronan, las pérdidas nos recuerdan el lunes negro del 19 de octubre de 1987.
Tercer acto: Trump de repente anuncia una pausa de 90 días en la aplicación de sus aranceles para la mayoría de los países, exceptuando China, a la que castiga con aranceles de 125 por ciento.

Para ir al intermedio de la puesta en escena trumpiana, el republicano afirma que su decisión fue resultado de la disposición de muchos países de reducir sus barreras comerciales, lo cual califica como un triunfo de su estrategia, y reconoce que sus medidas estaban teniendo un impacto negativo en los mercados financieros.

Al regresar a escena, el cuarto acto (no sabemos si será el último) nos muestra que la pausa arancelaria catapultó a Wall Street –donde el Nasdaq alcanzó su mejor rentabilidad desde enero de 2021 y el S&P 500 vivió su mejor sesión en 17 años–, lo que provocó una euforia en las bolsas en América, tipos de cambio, commodities y criptomonedas.

Las compras de “oportunidad” se presentaron en cascada en las bolsas que estaban operando, es decir, las de América, porque las asiáticas y europeas estaban cerradas.

Esta “coincidencia” y alineación de los astros ha comenzado a generar dudas en los corrillos políticos de Washington. Varios senadores estadunidenses han pedido una investigación para determinar si Donald Trump incurrió en tráfico de información privilegiada o manipulación del mercado al animar a la gente a comprar acciones poco antes del cambio en su política arancelaria.

El Comité de Servicios Financieros de la Cámara ha comenzado a preguntarse por la participación de Trump en esa compra-venta de acciones. “¿Quién en la administración sabía con antelación del último cambio de opinión de Trump sobre los aranceles?”.

“¿Alguien compró o vendió acciones, beneficiándose a expensas del público?”. Estas dudas han comenzado a surgir luego de que Trump publicara en su cuenta de Truth Social pocos minutos luego de la apertura de Wall Street: “Es el momento de comprar”.

La Casa Blanca declaró que Trump solo quería “tranquilizar” al público. Ahora, a los que tendrán que tranquilizar es a los congresistas y a quienes perdieron millones de dólares en las bolsas.


Comparte si te ha gustado

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *