No únicamente aparecen muestras callejeras de rechazo a las políticas migratorias de Donald Trump, también observamos segmentos de la sociedad que las aprueban.
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Han comenzado a publicarse encuestas que muestran los dos lados de la moneda, aunque en algunos aspectos no aparecen visiones divididas exactamente a la mitad.
Incluso, desde los pasillos de la Casa Blanca ya se escuchan los desencuentros entre algunos miembros del gabinete republicano, unos a favor de los aranceles otros en contra, unos más abogando por suavizar las medidas migratorias, y otros tantos presionando para endurecerlas.
Sea como sea, las aguas por las que está navegando la administración de Trump en estos primeros meses siguen muy agitadas y con luchas intestinas por hacerse del timón del barco junto al jefe de la Oficina Oval.
La Opinión
Esta semana se publicó el más reciente ejercicio demoscópico de Intelligence Center de My Code y del periódico La Opinión cuyos resultados dan cuenta de la manera diferente de recibir las órdenes ejecutivas mediante las cuales está gobernando Donald Trump.Así las cosas, 43 por ciento de los estadunidenses hispanos reconoce que las políticas migratorias del republicano han afectado a sus familias y amigos.

45 por ciento de los estadunidenses pertenecientes a la comunidad LGBTQIA+ reveló que un familiar, amigo o conocido ha sido impactado por las nuevas reglas federales administradas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y los Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).
36 por ciento de todos los estadunidenses multiculturales conoce a alguien que ha sido afectado por las políticas migratorias de Trump. 21 por ciento de los votantes no multiculturales expresó que un familia, amigo o conocido ha sido impactado por las nuevas políticas migratorias republicanas.
67 por ciento de los votantes multiculturales apoyan “reformar las políticas migratorias para crear un camino hacia la ciudadanía”, pero 18 por ciento preferiría “centrarse únicamente en fortalecer la seguridad fronteriza”.
69 por ciento apoya la reforma migratoria para crear un camino hacia la ciudadanía. 61 por ciento de las personas apoya priorizar las preocupaciones humanitarias cuando el gobierno de Estados Unidos aborda la situación en la frontera con México.
24 por ciento prefiere centrarse únicamente en detener el cruce de migrantes no autorizados por la frontera. 79 por ciento apoya las políticas actuales de seguridad fronteriza. 60 por ciento apoya las políticas actuales que bloquean las solicitudes de asilo y suspenden los programas de reasentamiento de refugiados.
55 por ciento apoya el intento actual de poner fin al derecho a la ciudadanía por nacimiento; 56 por ciento apoya los esfuerzos de aplicación de la ley migratoria, incluidas redadas en escuelas, templos y hospitales. 62 por ciento aprueba las declaraciones sobre la deportación de criminales, aunque en la práctica se detiene a personas sin historial criminal.
71 por ciento apoya la aplicación actual de las deportaciones (La Opinión, 9 de abril de 2024).
A querer o no, la división que se observa en la sociedad estadunidense será una gran piedra en el zapato de Donald Trump. Es cierto, que muchos lo apoyan, pero también amplios sectores sociales lo rechazan.
Su mejor moneda de cambio para enfrentar la polarización social será que logre bajar el costo de la vida, sin embargo, en el contexto de su guerra arancelaria esa promesa de campaña se mira cada vez más lejana y difícil de cumplir. Seguramente la liebre le saltará por donde menos se la espera el republicano.
Al tiempo.
Profesor del Tecnológico de Monterrey@contodoytriques