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Próceres políticos mexicanos: malos, pero al morir glorificados

carlos romero deschamps pemex
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“Los malos son como los demonios, se conocen, no se aman, pero se concertan para hacer el mal”. Pareciera que estas palabras de Agustín de Hipona fueran escritas para definir la naturaleza de muchos de los próceres de la política mexicana, son malos, nacen, crecen, se multiplican entre sí.

Al morir su nombre es glorificado, se eternizan en placas de bronce, en monumentos, nada hay que pueda ser inalcanzable para ellos, roban, asesinan, encierran en calabozos a quienes no se pliegan a sus deseos, o a sus aspiraciones, son eternos buscadores del aplauso y del elogio.

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Y como dice el filósofo de Tagaste, hoy Argelia, “se conocen”. Entre ellos nacen relaciones irrompibles mientras se camine por los mismos senderos, se transfieren complicidades, se guardan celosamente los más terribles secretos y están prestos a servir a la patria, porque. . .

“La patria es primero”, palabras que presiden el antiguo recinto del poder legislativo y que traducida a su lenguaje significan los presupuestos y los cargos públicos, porque desde ahí se obtienen lo mismo riqueza como impunidad y respeto.

México está atravesando por una crisis de credibilidad, la clase política ya no tiene una ideología que lo defina ante los ojos de la ciudadanía, son lo mismo hijos de la “Vela Perpetua, como defensores a ultranza de los postulados “morenistas”.

Carlos Romero Deschamps

Son escasos ya los adherentes a los partidos políticos, los colores ya no importan, mucho menos los principios, quizá por ello la muerte del priista Carlos Romero Deschamps, ha ocasionado tanto ruido y tanta novedad, pues con su muerte se ha ido un gran trozo de la atribulada historia de este México nuestro.

Carlos Romero Deschamps corrupto
Carlos Romero Deschamps

Se ha ido con él la idea de institucionalidad de la corrupción, el ejemplo de la impunidad total, pues no obstante las evidentes violaciones a la ley y al decoro de la justicia que se hubieran señalado en sus procesos, siempre salió impune.

En su acervo se puede encontrar la fórmula para lograr elecciones y reelecciones en el poder legislativo aún en contra del dictado constitucional, se pueden aprender a través de su inamovible permanencia al frente del sindicato de los trabajadores petroleros los secretos de la manipulación y el soborno, ha sido en sí un catálogo de mañas y habilidades para evadir cualquier ley o norma que señale lo contrario a sus pretensiones.

Como negar que el partido al que perteneció no sabe pagar sus favores. Él sólo ha sido militante del PRI, de ahí han surgido sus afrentosas riquezas que se apresuró a ostentar en todas las formas; varios yates anclados en los más selectos muelles del vecino país, edificios de departamentos, automóviles cuyo valor individual sobrepasa los dos millones de dólares y una cantidad de dinero que asombraría a los mismos dueños de los corporativas transnacionales.

El boceto de análisis hecho a la riqueza de tan distinguido priista, en nada afectaría si dicha fortuna hubiera sido producto del trabajo y del ejercicio de su profesión, pero es del dominio público que dicha fortuna ha sido producto de su pertenencia a una rama del poder que lo mantuvo en activo a cambio de lucrativos servicios prestados con cargo al tesoro público.

Con la muerte de Romero Deschamps, se ha iniciado el derrumbe de partido que nació con la Revolución Mexicana, se han comenzado a desmoronar sus estructuras, el campesinado ya no cuenta con una organización que lo defienda pues los ejidatarios se han convertido en empresarios inmobiliarios y los que no han sido absorbidos por la urbanización viven en la extrema pobreza sin forma alguna de defensa.

Por su parte la causa obrera está muy lejos de ser la fuerza que mediaba entre el capital y el trabajo, las reformas de los gobiernos “panistas” a la Constitución acabaron con el derecho obrero, con el derecho a huelga, con las prestaciones más significativas que le daban solidez a las plazas laborales, los profesionistas y pequeños comerciantes e industriales ya no sienten que estén representados por sus dirigentes, más ahora que el ruido de maiceo los atrae hacia otros colores partidistas.

Por su parte, el poderoso partido que sostuvo durante casi medio siglo las arbitrariedades de los gobiernos nacidos en su seno, causantes de innumerables masacres y homicidios, de campesinos, de estudiantes y de intelectuales, que ha sido encargado de llevar a cabo las imposiciones más injustas en todos los rincones del país, lo mismo fuera de regidores, como de gobernadores.

Hoy, Romero Deschamps, ya se unió a sus colegas Gonzalo N. Santos, de San Luis Potosí, Vicente Terán de Agua Prieta Sonora y Fidel Velázquez Sánchez del estado de México, todos de nefasta memoria para el pueblo de México.

Descanse en paz, Carlos Romero Deschamps, pues un buen deseo a nadie se le puede negar.


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Jesus Rodriguez Gurrola

por Jesus Rodríguez Gurrola

Doctor en Letras Románicas en a Universidad Paul Valery de Montpellier, Francia. Profesor huésped de la Universidad de Varsovia, Polonia y de la Universidad de Hamburgo, Alemania Federal. Profesor emérito de la Universidad de Guadalalajara. Columnista durante 28 años de El Occidental.

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