A 72 horas de que se venza el plazo de 45 días -pasado mañana sábado 7 de junio- que el gobernador Jesús Pablo Lemus Navarro se autoimpuso el 23 de abril para “pacificar” Teocaltiche y no tenemos señales de que eso sucederá, se vuelven preocupantes las divergencias púbicas que ha sostenido el secretario general de Gobierno, Salvador Zamora Zamora, con el secretario de Seguridad, Juan Pablo Hernández, y con el coordinador general Estratégico de Seguridad, Roberto Alarcón, en materia del funcionamiento de los cuerpos de seguridad pública en el Estado.
Te recomendamos:
Seguridad pública bajo fuego por falta de lógica y sentido común
Esto, por supuesto, evidencia la falta de coordinación y comunicación entre funcionarios de primer nivel del Gobierno del Estado en una materia de vital importancia para Jalisco la seguridad pública. ¿O habrá algo más? Esperamos que no.
Las incógnitas
- ¿Qué acaso no funcionan las mesas “mañaneras” de seguridad pública que se llevan a cabo en Casa Jalisco con todos los involucrados en este tema?
- ¿No es este el lugar para que todos los involucrados en la mesa no solo estén bien informados, sino hasta sincronizados?
- ¿Qué mensaje se envía a la ciudadanía, y lamentablemente a la delincuencia también, ante los mensajes contradictorios que emiten los responsables del área?
Ejemplos
Recordemos que el 13 de mayo por la mañana fue asesinado el ex diputado Luis Armando Córdoba Díaz y por la tarde la influencer Valeria Márquez en la misma zona de Valle Real en Zapopan, sin que los responsables de ambos crímenes fueran detenidos, por lo que nuevamente se cuestionó, por un lado, la eficiencia de las cámaras del C5 y, por el otro, la capacidad de respuesta de las corporaciones de seguridad municipal y estatal.
Dos días después, cuestionado por los reporteros, el secretario general Zamora Zamora, reconoció que los cuerpos de seguridad no respondieron con la celeridad del caso. Declaró: “Las cámaras funcionan, el tema es el tiempo de reacción. Desafortunadamente no hubo la capacidad de velocidad de reacción para poder aprehender a los responsables, pero hay que trabajar en eso”.
Al día siguiente, el coordinador general estratégico de Seguridad, Roberto Alarcón, interrogado sobre lo declarado un día antes por Zamora Zamora, contestó lo que no pocos interpretaron con un dejo de molestia: “Efectivamente es el secretario general, habría que preguntarle a él para ahondar más en su respuesta que dio a los medios. Yo pienso que dentro del margen de sus posibilidades las unidades respondieron”.
Cero y va una…
Días atrás, se registró otro desencuentro verbal del secretario general, Salvador Zamora, ahora con el secretario de Seguridad, Juan Pablo Hernández, quien el jueves de la semana pasada aceptó que no existía patrullaje en zonas limítrofes de Jalisco con Colima y Michoacán, al igual que en otros municipios como Jilotlán de los Dolores, Pihuamo y Santa María del Oro, donde el INE no instaló seis casillas para la elección del Poder Judicial por razones de inseguridad (Mural).
Ayer, Zamora Zamora contradijo al secretario de Seguridad: “No falta patrullaje, hay presencia en prácticamente todo el Estado de la Guardia Nacional, el Ejército, la Policía Estatal, y hay un trabajo de coordinación con los Municipios y con todos los niveles de Gobierno para atender la seguridad; un ejemplo de ello, insisto, es el ejercicio democrático que se llevó a cabo este domingo pasado 1 de junio donde no se reportó una sola incidencia y tenemos un saldo blanco”.
Y agregó: “No, hay una coordinación con las autoridades federales, estatales y municipales que logran cubrir aún todavía, digamos, falta de estado de fuerza con el que se cuenta, pero hay un trabajo de coordinación complementario y la Guardia Nacional y el Ejército han sido con nosotros muy colaborativos, y ha habido una gran comunicación” (Mural/04/Junio/2025).
Cero y van dos…
¿Por qué esa contradicción entre funcionarios de primer nivel del gabinete de Lemus Navarro sobre el tema de la seguridad pública y, concretamente, sobre la actuación de los cuerpos de seguridad estatales, respecto a si llegaron o no a tiempo al lugar de los hechos; o si patrullan o no zonas “calientes” del Estado? ¿En qué más no están de acuerdo o en qué otros temas en la materia estarán en desacuerdo?
Por supuesto que esto no es un buen mensaje y deja ver que al interior del equipo del gobernador algo está fallando, que aún faltan muchas cosas que “aceitar”, muchas cosas que “acomodar” para que vayan en el mismo sentido y, por qué no, poner orden en donde, a decir de varios de sus propios colaboradores, no lo ha habido en muchas de las áreas de gobierno desde que arrancó el actual sexenio. ¿Será?