Soluciones criminales de seguridad pública

Las soluciones que han tomado los diferentes gobiernos a las crisis de seguridad pública nunca han sido las mejores.

En el gobierno de Carlos Salinas y después de la crisis múltiple de Seguridad Pública en el país, por el desmantelamiento del cartel de Guadalajara, se diseñó un Plan para resolver las violaciones a los derechos humanos, la despresurización de reclusorios, el robo en carreteras y el secuestro de personas.

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Las incognitas del nuevo gobierno

Los casos de tortura eran recurrentes en todas las corporaciones, en especial en la Procuraduría General de la República, en la que acabó por apoderarse una banda de delincuentes de la Policial Judicial Federal.

Los reclusorios estatales se convirtieron en polvorín de motines de internos. El robo de carreteras fue una constante y los secuestros de personas crecieron exponencialmente.

La solución para recuperar el control de la seguridad en el país fue modificar la Constitución para que la confesional dejara de ser la prueba central en el proceso penal.

Se crearon los reclusorios para albergar delincuentes federales y se despresurizaron los locales, mediante convenios con los estados para liberar detenidos de penas mínimas.

Se aumentó la seguridad en carreteras y se detuvo a la mayoría de las bandas que robaban vehículos y personas, se atacó sistemáticamente el secuestro de personas, abatiendo de manera considerable dicho delito.

Sin embargo, se fortalecieron las grandes bandas del narcotráfico y la delincuencia solo cambio de
espacio.

Zedillo para estabilizar al país entregó la procuración de justicia a los militares, que también se encargaron de controlar las grandes bandas de la delincuencia organizada.

La seguridad pública continuó siendo saldo negativo. Por la misma ruta continuaron los gobiernos siguientes, unos como Fox voltearon para otro lado, otros negociaron con las bandas o se asociaron con ellas y hubo otro más cínico que consideró la violencia como percepción.

Es evidente que ningún gobierno ha tenido la intención seria de resolver el problema que agobia a la sociedad.

El resultado natural es que cuando se llega al punto que la sociedad exige resultados, los gobiernos optan por medidas desesperadas y aberrantes, como crear grupos ejecutores para enfrentar a los delincuentes o infractores.

La creación de la llamada guerra sucia contra los grupos de la guerrilla tiene ese sentido, grupos que asesinaban a los infractores.

La salida que encontró el gobierno federal fue asesinarlos y en el menor de los casos detenerlos y torturarlos, para convertirlos en parte de la investigación y al final chantajear a los familiares y acabar
ejecutándolos.

Durante el gobierno de Flavio Romero de Velasco en Jalisco, se creó un escuadrón para ejecutar los guerrilleros que robaban bancos y secuestraban personas.

Con Carlos Rivera Aceves se hizo lo mismo, para acabar con la banda de secuestradores que asolaba la Costa, había personas que habían sufrido secuestro cinco veces. Esto es, al no saber realizar una investigación seria de los delitos, se opta por el homicidio.

En las sociedades poco desarrolladas en la administración pública, es común que traten de resolver improvisadamente las crisis.

Cuando la Seguridad Pública entra en un callejón sin salida, los gobiernos toman medidas extremas, los ejemplos son degradantes y traumáticos.