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Trump regresa a la Casa Blanca: Esto viene para EU

Donald Trump vuelve a Casa Blanca
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Donald Trump, quien fue presidente de Estados Unidos (EU) entre 2017 y 2021, ha sido electo nuevamente, logrando así su regreso a la Casa Blanca como el 47º presidente de dicho país.

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Este acontecimiento lo convierte en el segundo mandatario en la historia estadounidense en lograr dos periodos no consecutivos, una hazaña antes lograda solo por Grover Cleveland.

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Será el próximo 20 de enero de 2025 cuando Trump asuma de nueva cuenta su cargo como mandatario. Y en un gesto de unidad, el presidente saliente Joe Biden, lo felicitó públicamente y le extendió una invitación para una reunión en la Casa Blanca con el fin de coordinar la transición de poder.

Kamala Harris, la actual vicepresidenta, aceptó los resultados en un discurso desde la Universidad de Howard, donde apeló a la unidad y agradeció a sus votantes, reafirmando también su compromiso con la justicia y la libertad.

Sin embargo, el retorno triunfal de Trump está ensombrecido por un panorama judicial complejo, pues enfrenta cargos de falsificación de registros empresariales, manejo indebido de documentos clasificados y subversión electoral.

Aunque la Constitución no prohíbe asumir la presidencia con cargos penales, Trump será el primer mandatario en gobernar con un historial penal activo, redefiniendo los límites de la elegibilidad presidencial en Estados Unidos.

Como presidente, Trump tendrá el poder de otorgar indultos, pero la posibilidad de perdonarse a sí mismo plantea interrogantes legales.

Un referente es el perdón que Gerald Ford concedió a Richard Nixon tras el escándalo de Watergate, evitando un juicio; sin embargo, en el caso de Trump, el camino es incierto, pues la Constitución tampoco aclara si este poder puede aplicarse a uno mismo.

La victoria de Trump representa un golpe significativo para el Partido Demócrata, que no solo perdió la presidencia sino también el control del Senado, reduciendo su capacidad de influencia en la política nacional.

La campaña de Trump logró canalizar el descontento de la clase trabajadora en estados clave como Pensilvania, Georgia y Wisconsin, donde problemas como la inflación, el aumento en el costo de alimentos y combustible, y las elevadas tasas de interés afectaron profundamente el poder adquisitivo de millones de estadounidenses.

Este descontento, sumado a la percepción de desconexión de los demócratas con las preocupaciones de sectores leales (como los votantes blancos, latinos y afroamericanos), contribuyeron a este resultado electoral.

En palabras del senador independiente por Vermont, Bernie Sanders: “No debería sorprender que un partido que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado” .

En el plano de las políticas internas y externas, Trump ha prometido un cambio radical. Su agenda contempla una política migratoria mucho más restrictiva, con planes de deportaciones masivas, y una economía proteccionista con aranceles elevados sobre las importaciones.

Estas medidas, que resonaron entre sus seguidores, también presagian una polarización aún mayor en una sociedad ya dividida en temas como el aborto y control de armas.

En el ámbito internacional, el regreso de Trump modificará las relaciones de Estados Unidos con sus aliados tradicionales, especialmente en Europa. Su política de “Estados Unidos primero” podría generar un aislamiento mayor, afectando la postura estadounidense frente a los conflictos globales.

La victoria de Trump también refleja una nación profundamente dividida, no solo en términos políticos, sino también en su confianza hacia las instituciones y el sistema de gobierno. Además, su regreso a la Casa Blanca se da en un contexto de mayor conservadurismo en el Congreso y en la Corte Suprema.

Al tomar posesión el próximo 20 de enero, Trump no solo hace historia como el primer mandatario en la era moderna en retornar tras una derrota electoral, sino también como un líder que enfrenta un panorama único de desafíos internos e internacionales.

Su liderazgo, respaldado por una base de apoyo sólida y un Congreso de mayoría republicana, se perfila para redefinir el rumbo de EU en los años venideros.

La incertidumbre reina, y mientras algunos ven en Trump una figura de cambio, otros temen una profundización en las divisiones que, en esta nueva administración, podrían configurar un país irreconocible frente al mundo.


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