Con la suspensión provisional dictada por el Juez décimo Noveno de Distrito en materia Administrativa y del Trabajo en el Estado de Jalisco, se han suspendido las corridas de toros en Guadalajara.
Se suspende en consecuencia un espectáculo que había pervivido durante varios siglos tanto en la capital del Estado de Jalisco como en sus 125 municipios.
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Lo anterior se ha determinado por la justicia federal como una réplica de diversos amparos que han sido tramitados en algunos estados de la República, pero principalmente en la capital del país.
Allá el juez Jonathan Bass aceptó a trámite la suspensión de las corridas de toros en la tradicional Plaza México, amparándose el juzgador para tomar esta determinación, el criterio establecido en las jurisprudencias en el sentido de que la justicia federal prohíbe el maltrato animal.
Además seguramente han sido tomados en consideración los múltiples pronunciamientos de grupos de la sociedad mexicana en general, que como un alud se fueron acrecentando.
Primero como una simple manifestación de protesta que llevaban a cabo cuando había “corridas” y que organizaban tanto dentro de las plazas como en sus alrededores, en donde permanecían acostados y pintadas sus ropas y parte de su cuerpo con pintura roja, simulando la sangre del toro.
Quienes hayan asistido a las plazas últimamente, recordarán que desde hace varios años, en las tribunas por lo general en los tendidos de sol, un grupo de personas que se hacen llamar “porra del toro”, acompañadas de una banda de música y unas mantas con frases alusivas al rechazo de la fiesta brava, hacen ruido y alharaca cuando por desgracia algún torero o gente del espectáculo caen maltratados o heridos por el astado.
La visible confrontación que se ha producido por este motivo, ha llegado a los tribunales como se ha indicado.
Inicio de corridas de toros
Es innegable que la fiesta brava tiene un arraigo de siglos en tierras mexicanas, los historiadores ubican las primeras “tientas” en los iniciales años de la conquista española. Se afirma que al regresar Hernán Cortés de su expedición a las Higueras, sus soldados le organizaron un festejo con este tipo de distracción.
Esto indica que de alguna forma la fiesta de los “toros” existía en España desde tiempos muy remotos y que a su vez fue recogida esta tradición de otros pueblos.
Sin embargo, la fiesta como tal sólo se instala en España al construirse los primeros cosos, así se afirma en los anales respectivos, que La Real Maestranza de Ronda, se inició en 1572, aunque no hay registros, este dato se toma de tradición oral.
La Salmantina de Béjar, “La Ancianita” que data de 1667. La plaza de Campofrío en Huelva que se inició en julio de 1718. La plaza de Santa Cruz de Mudela llamada la plaza de la Virgen las Virtudes, inicia en 1641.
En la Nueva España por su parte, según J. Alfonso Huerta en el poblado de Cañadas de Obregón, Jalisco, se inauguró en 1680 la plaza más antigua de América, que aún con su antigüedad sigue en funciones.
Los partidarios de terminar con esta fiesta, fustigan la violencia que se aspira en los ruedos con la muerte del toro, el sufrimiento de los animales desde que son sacados de su hábitat donde han pastado por un promedio de cuatro años, con todos los cuidados y atenciones de los propietarios.
Esto sucede con el toro de lidia, porque los que son criados para el consumo de sus carnes sólo son mantenidos y atendidos durante ocho meses o un año cuando mucho, luego irá al matadero.
También aluden que la violencia está presente desde que la bestia sale de los toriles y enfrenta una serie de agresiones que va desde clavarle la divisa en sus lomos, la suerte de los picadores, después las banderillas y finamente la muerte y en escasas ocasiones el indulto.
Los propietarios de las ganaderías por su parte afirman que es debido a la existencia de los toros de lidia que esta especie ha perdurado, pues de otra forma se hubiera extinguido.
Los detractores
“El toro es un animal criado, alimentado y cuidado para cumplir el papel humillante de comparsa
condenado de antemano a divertir al público sometiéndose a distintas suertes de tortura.” Luis Saavedra.
“No creo que haya que prohibir las corridas de toros; sencillamente pienso que hay que olvidarlas por antiguas, por primitivas y por crueles”. Luis Antonio de Villena
“Ay desdichada España! ¡País de negruras, de fuego y horror! ¡Apoteosis de imbecilidad dirigida por curas lujuriosos, toreros chulos, prostitutas sin alma, ladrones de frac e ignorantes de fe! Federico García Lorca
“La patética y operística corrida de toros, último remanente de una era bárbara y pasada, todavía deshonra nuestra civilización.” Desmond Morris
“Fiesta” brava no muere
La “Fiesta” perdurará pues no es un espectáculo más violento que el box o la lucha libre, o el moderno boxing donde dos gladiadores encerrados en un cubo de alambre se dan de golpes hasta que uno de los dos con síntomas de verdadera agonía se declara, o lo declaran perdedor.
En un país como el nuestro donde lo que más hace falta son las fuentes de empleo, para evitar la fuga de la juventud hacia los mercados del hampa, a seguir asesinando inocentes por un dinero que por estratosférico que sea, seguramente no alcanzará para suplir sus remordimientos.
El toro, visto como fuente de empleo, según la Asociación Nacional de Criadores de Toros, genera 6 mil 900 millones de pesos al año, 80 mil puestos directos, 146 indirectos y 800 millones por concepto de impuestos.
Por lo pronto la justicia tiene en sus manos la decisión final. Mientras sigamos deleitándonos con la música y el arte que nació en la arena de sus cosos y si es posible analicemos desde cualquiera de las plazas este espectáculo que ya casi ve el fin de su historia.