Las contradicciones de Movimiento Ciudadano

La complejidad de la elección de 2024 tiene diversos componentes y variables. Sus incógnitas la convierten en una etapa interesante e intensa de nuestra democracia, la aparición de nuevos conceptos de izquierda o de lo que conocemos como tal, pareciera que se están retomando para replicarse. Una de las variables que se perfila es la aparición de una opción que configuraría un tercer partido con tintes de izquierdismo, aunque de orígenes en el PRI y que sus candidatos lo pintarían de social demócrata, tal es el caso de Movimiento Ciudadano.

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En algunos momentos se aprecia ríspida la negociación entre el liderazgo del partido y su potencial candidato a la Presidencia de la República, sin embargo, ambos necesitan uno del otro.

Para ilustrar las variables que se pueden presentar, basta con mirar en retrospectiva a la elección de 2006 en que resultó ganador por un escaso margen de menos del .5 por ciento Felipe Calderón.

En semanas previas a la elección de las tres propuestas para presidente, se percibía un empate entre Andrés Manuel López Obrador del PRD y Felipe Calderón del PAN.

Trascendió a su vez en su momento, que desde la Oficina de la Presidencia de Vicente Fox se elaboró una compleja estrategia para crecer los números de Felipe Calderón. Lo que llamó la atención de los observadores fue que el eje de la estrategia se desarrolló en Jalisco.

En ese momento las fuerzas de Jalisco eran distintas a las nacionales, el PRD no se logró consolidar como apoyo para la Presidencia ni para definición del Gobierno del Estado.

Los polos estaban entre Emilio González de Acción Nacional y Arturo Zamora del PRI, con clara inclinación para este último. La estrategia consistió en debilitar a Zamora mediante un fuerte golpeteo a su imagen personal para arrebatarle 350 mil votos, que fueron a parar a Acción Nacional.

Lo interesante fue cómo lograron trasladar esos votos no solamente al débil candidato a gobernador, sino al candidato a la presidencia de la república Felipe Calderón. El resultado fue Arturo Zamora pierde la elección estatal, triunfa Emilio González y de rebote Felipe Calderón logra salir adelante de López Obrador, con apenas 335 mil votos.

La lección es que, en tres propuestas los escenarios son mucho más complejos y las ecuaciones se alteran con facilidad.

Contradicción

Para el caso de Movimiento Ciudadano la negociación es más compleja por la contradicción entre los intereses del potencial candidato presidencial que necesita todo el empuje de MC en los dos estados pilares, Jalisco y Nuevo León, lo que traducido en candidaturas implica liderazgos nuevos con caras frescas y nulo desgaste electoral.

En tanto para los intereses tradicionales de ese partido, lo que importa es consolidar los grupos hegemónicos, mismos que cargan con desgaste por el ejercicio desvirtuado de la función pública.

Las manifestaciones de esta corriente las hemos visto en su afán por imponer candidaturas antes de la definición presidencial.

Como consecuencia de la combinación de distintas y variadas dinámicas, habremos de conocer la ruta que seguirá Movimiento Ciudadano y que habrá de ser la definición de cuales intereses prevalecen en Jalisco, si el interés electoral nacional o el de los locales, aferrados en su búsqueda de protección de sus abusos.

Así afectará el fondo de la elección o la convierte en mero incidente coyuntural, con los previsibles
resultados electorales y políticos.