De acuerdo con notas periodísticas de varios medios nacionales, parte del proyecto de seguridad pública del actual gobierno consiste en reciclar el Sistema Nacional de Seguridad Pública de Felipe Calderón.
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Al parecer se incorporarían en el proyecto actual, varias vertientes del que se aplicó a partir del año 2009. Por ejemplo, contempla la recuperación de los sistemas de información conocidos en aquel momento como Plataforma México, que incluían apartados de policías y expolicías, así como de infractores, alimentados a partir del informe policial y de los procesos de las distintas corporaciones municipales, estatales y federales.
También debió alimentarse de información surgida de las procuradurías estatales y federal, de los tribunales estatales y federales, como de los sistemas de readaptación.
No queda claro si se considera incorporar asimismo el Sistema de Desarrollo Policial y los subsidios federales a las corporaciones municipales y estatales.
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Además, tendrán que establecer si se trabajará con la estructura conocida como Terciaria, que sin decirlo
quedó en el esquema actual, la terminología cuando menos permanece dentro de la estructura operacional de las corporaciones.
En el tema del Desarrollo Policial tendría que considerarse la capacitación a través de las academias y de un sistema regulado, como las demás actividades, desde el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En dichos procesos debe considerarse la evaluación conocida como de Control y Confianza, mediante una
evaluación rigurosa que determine la capacidad, experiencia y habilidades, así como las tendencias conductuales del policía y su potencial para corromperse.
Debe también considerarse la depuración inmediata y constante de los malos elementos, lo que
conlleva un gasto financiero importante complementario.
Los esquemas que fallaron en el proceso generado por el gobierno de Calderón, fueron en primer lugar el desconocimiento de quienes fungieron como Secretarios Ejecutivos del Sistema y de los procedimientos, que descansaron en los mandos medios de la administración del Secretariado.
Entre los criterios que deberán revisarse está el sistema de financiamiento, para lo que se aplicó una formula compleja que no siempre operó en la práctica de manera eficiente.
Por ejemplo, en el caso de Jalisco en que se incluyeron diez municipios, Guadalajara y Zapopan recibieron subsidios de noventa a cien millones de pesos anuales y en cambio los demás incluyendo Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco, recibían apenas diez millones de pesos.
Otro elemento a considerar es el hecho que las administraciones municipales y estatales dejaron de invertir en el rubro de seguridad pública, razón por la que la inversión federal a través de los subsidios fue insuficiente.
Sería recomendable que para que reciban cualquier tipo de subsidio se les obligue a invertir una cantidad similar.
Los municipios que se incluyeron en dicho Sistema Nacional fueron los de mayor población en el país, que en conjunto sumaron doscientos. Los resultados podrían considerarse que generaron estabilidad, frenando el deterioro de las corporaciones en sus recursos humanos, materiales y financieros. Sin embargo, pudieron obtenerse mejores resultados.
Por otro lado, la inconciencia y caprichos de los gobiernos federales siguientes cortaron un Proyecto, que, aunque necesitaba de ajustes pudo haber sido exitoso para la población, que sigue expuesta a la violencia, las desapariciones de personas y los abusos de gobiernos y de la delincuencia.
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