La contradicción en que se desenvuelve Morena solamente se entiende ante una perspectiva histórica.
En los últimos decenios ninguna propuesta de izquierda o socialista ha despertado interés, la última y quizá única, fue la que representó Guadalupe Zuno Hernández en la época de los 20’s y que fue ratificada a través de la Universidad de Guadalajara.
Con los fundadores en el gobierno de Lázaro Cárdenas, destacadamente Silvano Barba González que fue Secretario de Gobernación. De ahí en adelante ni los familiares o seguidores de Cárdenas, han logrado impactar en la sociedad jalisciense.
Por un lado, tenemos que, gracias a los programas sociales, Morena goza de una importante aceptación que se refleja en la intención del voto por partido.
Sin embargo, cuando se trata de ubicar los líderes de ese movimiento, no se encuentran personajes, salvo excepciones, como es el caso del alcalde de Tonalá.
Es un partido huérfano de liderazgos, sumido en escándalos de los anteriores procesos, señalado por la falta de escrúpulos en la selección de candidatos, con señalamientos de compra venta de candidaturas y representantes de partido impresentables.
Otro rasgo que aparece constantemente es el de los conflictos y fricciones internas, es la tendencia a fraccionarse de las distintas corrientes lo que prevalece y la consecuente incapacidad para llegar a acuerdos.
La paradoja
Morena está metido en una paradoja, la fortaleza de su marca y la debilidad de sus potenciales candidaturas, que reflejan un severo desajuste entre sus estrategias, acciones y quienes lo dirigen.
Quienes manifiestan interés en candidaturas, en poco tiempo son olvidados para quedar a un lado del camino.
Los propuestos por la burocracia del partido, no logran tampoco trascender y los procesos de selección de candidatos son improvisados y manipulados, por lo que nadie logra reconocimiento y legitimidad de una sociedad estricta y exigente.
La conclusión a la que llegan los observadores es que en Jalisco los liderazgos de los partidos políticos fueron desplazados por la sociedad.
Líderes egoístas
Desgastados por representar intereses egoístas y en la búsqueda personal de bienes materiales, olvidaron la función para la que son escogidos.
Jalisco trae rezagos de sexenios, carga además el desánimo de no tener entre los elegidos por el voto, nadie que se interese por mejorar los servicios de las administraciones públicas.
En la concepción de democracia, a los más elaborado que han llegado es a realizar acuerdos para repartirse por cuotas como botín de maleantes, los nombramientos de los órganos colegiados, entre otras acciones vergonzosas.
La seguridad pública, el empleo, el transporte público, el desarrollo urbano equilibrado con planeación, que acerque la vivienda al trabajo. Todo permanece en el limbo, a nadie le interesa.
Bajo esta lógica seremos testigos de nuevo de una lucha de enanos ambiciosos, sin calidad humana, sin solidaridad social.
No hay en Morena, ni en los otros partidos políticos candidatos de anteriores elecciones o nuevos personajes que generen un mínimo de credibilidad, que muestren interés para enfrentar problemas, solo se percibe una lucha sorda por apoderarse de los precarios recursos públicos.
Las fuerzas de mayor presencia Movimiento Ciudadano y Morena, se perfilan como ávidos cómplices de nuevos atracos a la ciudadanía, razón suficiente para desconfiar de ellos.
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