La pasada declaración de Claudia Sheinbaum Pardo sobre por qué no invitó a Enrique Alfaro Ramírez a la reunión que sostuvo con gobernadores de la región, “alborotó el avispero” no sólo en Jalisco sino también en la capital del país donde los medios de comunicación de cobertura nacional volvieron a voltear hacia Jalisco y la elección pendiente a la gubernatura, impugnada por Morena y aliados.
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Y a partir de entonces, cada vez crecen más -aún entre algunos aliados de Movimiento Ciudadano- las señales de que las elecciones estatal y municipal en Guadalajara, finalmente, serían anuladas y se convocará a comicios extraordinarios.
Obviamente, dicha resolución esperan salga de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y, por supuesto, no del Tribunal Electoral del Estado (TRIEJAL), cuyo magistrado presidente, Tomás Vargas, es señalado de ser interesadamente aliado del alfarismo.
Hay que esperar para ver si es más su compromiso con la transparencia y la legalidad electoral o con el poder en manos de MC.
Pero la inusitada reacción que entre el emecismo jalisciense -incluida Casa Jalisco-, provocó la declaración de Sheinbaum Pardo, contrasta con el silencio que sobre el Caso Jalisco ha mantenido Dante Delgado y la dirigencia nacional prácticamente desde finales de junio.
Pareciera que el dirigente veracruzano decidió que sea el Grupo Jalisco, encabezado por Alfaro Ramírez, el que atienda y enfrente el proceso postelectoral.
Mientras tanto, contra lo que se difunde en algunos espacios de “trascendidos” en varios medios de comunicación y en redes sociales, la dirigencia nacional de Morena se mantiene al pendiente de cómo transcurre el proceso de impugnación, y para ello designó a Leonel Cota Montaño y a Esthela Damián -una de las mujeres más cercanas a Sheinbaum- para hacer, con el equipo de colaboradores de Claudia Delgadillo González, “marcaje personal” en tribunales.
Indudablemente que el contraste entre el interés de la dirigencia nacional de Morena con el de la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano es más que evidente.
¿Será en respuesta a las ocasiones en que, como jefe del Grupo, Alfaro declaró reiteradamente que aquí no se someterían nunca más a la burocracia de los partidos y que al emecismo jalisciense nadie le da órdenes?
Sea como sea, cerramos la semana como no la esperábamos al inicio, con una declaración simplemente aclaratoria de Claudia Sheinbaum, pero que generó enojo en Casa Jalisco y provocó que Jesús Pablo Lemus volviera a construir sus “castillos en el aire”, reiterando que se ha reunido con integrantes del equipo de colaboradores de la virtual presidenta electa, pero ya se ventiló que sus encuentros habrán sido con el senador y futuro diputado federal Ricardo Monreal, a través de su hijo -que habría colabrado con Lemus en su campaña- y un amigo de éste cuyo nombre nos reservamos por el momento.
Si es así, indudablemente que Monreal Ávila no es parte del equipo “cercanísimo” de Sheinbaum ni mucho menos será “pieza clave” de la próxima oficina presidencial.
Pero Lemus Navarro así anda “vendiendo” su versión, hay quienes se la han “comprado”, pero prácticamente nadie se la ha creído.
Mientras tanto, en los corrillos políticos locales y de la capital del país crece la versión respecto a las serias posibilidades de que la elección a gobernador sea anulada, así como la de la alcaldía de Guadalajara; de que haya un gobernador interino; y de que se repitan los comicios.
Quizás esto explica la iracunda reacción del alfarismo y emecismo ante la declaración de la próxima presidenta de la República.Pero vuelvo a lo mismo, lo mejor es esperar a que resuelvan los tribunales electorales -hasta su última instancia-, para terminar con las especulaciones.